29 de diciembre de 2009

Recién entonces


Me entrego a la irracional pasión de unir palabras para darle sentido a la inexistencia.
¿A la inexistencia de que? me pregunto internamente.
Los signos de preguntas retumban en mis sienes, las ies se estiran en mi garganta donde aun, ciertas jaulas, permanecen. Sus puntos me hacen cosquillas, la equis se posa sobre mi ombligo y las oes se asombran de mi interior. La e nada en mis pupilas y dos curiosas a, se animan a escarbarme el corazón.
A mí alrededor todo permanece inmóvil, parece un cuadro.
Las letras me habitan, se apoderan de mi interior…y yo admito, que he perdido la batalla.
Suspiro con los pies una atmósfera inmutable, sin poder discernir aun si es la calma antes del caos o más bien, luego de él.
A veces pienso que en el caos esta el equilibrio.
(Un teclado negro y una mariposa naranja, pueden resultar caóticos, pero son agradables)
La teoría del caos afirma que el aleteo de una mariposa puede provocar un tifón del otro lado del mundo.
Y un silencio tan espeso y brilloso ¿Qué puede provocar del otro lado del mundo?
Escucho el bombeo de mi corazón, el bullir de mi sangre: estoy viva.
Lo demás entonces, será solo una consecuencia.
No corro; camino. No busco: encuentro. No escapo; me diluyo.
Muerdo el vació y me saturo de mundos. Y entonces, cierro los parpados, ventanas de la ilusión.
Y allí en comunión con mi más pura esencia, sé.
Es un caos, es equilibrio, es hombre, es mujer, es agua, es fuego, es luz, es oscuridad.
Es.
Una mezcla de matices, formas y energías persiste y se adhiere a cada rincón del espacio que me contiene.
Huellas, miles de huellas se confunden en un acontecer frenético e inminente.
El poder de la simultaneidad atemporal que desafía las leyes físicas.
Una profunda sensación de soledad entreteje la tela de la compañía, de la fusión fraternal, de los que están sin estar, porque laten y tejen, aunque siempre estemos solos muy adentro, solos, sabiamente solos.
Unas diminutas campanas vibran a lo lejos. Debo partir, no en cuerpo, no en Alma, sino partir.
Exiliarme de las palabras, vaciarme de mi misma y después hundirme en el caos.
Entregarme, ahora si, de cuerpo y Alma.
En aquel momento, recién entonces, podré cruzarme con el equilibrio y tal vez ya, pueda reconocerlo.

N.P.S
29/12/09

24 de diciembre de 2009

Banquete navideño

Volaba taciturno sobre la noche húmeda de las primeras horas del veinticuatro de diciembre. Ingenuo, con finas alas, se elevaba inocente hasta que cayó entre sus letárgicas redes. Lucho, incansablemente, lucho. Movía las patas rápidamente, ferozmente, intentando eludir lo inevitable. Por momentos languidecía y su cuerpo permanecía inmóvil y cuando todo parecía haber terminado, nuevamente comenzaba la lucha para poder desprenderse de aquel infierno. Sus minúsculas alas intentaban aletear una imposible escapatoria y ella lo observaba cada vez más cerca.
Sigilosa y sin prisa, se acerco al encuentro…y entonces comenzó la batalla por la supervivencia. De repente estallo la paz, yo casi no respiraba atenta a cada uno de sus movimientos. Ella intentaba con toda su astucia encerrarlo, encadenarlo, asfixiarlo.
Él no se entregaba, la resistencia fue agonizante, combatió hasta el último instante antes del fin. Una mano, una pierna, un ala, otra mano, se acercaban y se distanciaban en una frenética melodía tan sensual como agresiva. Ella lo enfrentaba arrogante y nimia, él intentaba despegarse pero solo lograba enmarañarse más en las redes de aquella dama.
Y entonces, sucedió.
Ella comenzó a enroscarlo, haciéndolo girar sobre su propio eje con una velocidad aterradora. Lo envolvía con pasión y astucia, mientras él ya con las últimas fuerzas intentaba, estérilmente, defenderse. En pocos segundos dejo de existir.
Y entonces ella freno la marcha y lo contemplo. El banquete estaba listo, fresco y jugoso para esta navidad. Y así quedo entonces, con el corazón roto de amor, encapsulado bajo el poder de una mujer de ocho patas.
Aunque la triplicaba en tamaño, la estrategia fue impecable. No se puede negar.
No había escapatoria, pero él igual, lo intento.
Y eso fue lo más importante y sorprendente, la voluntad del instinto.


Deberíamos haberlo ayudado – Acoto él acongojado.
Es la ley de la selva, que sobreviva el más apto – Respondimos nosotras.

N.P.S
24/12/09

17 de diciembre de 2009

Comunión ancestral


Fluir al son del unísono. Permitir y permitirnos, que el pulso nos marque el camino. Comprender que cada paso recorrido es necesario para marcar el que vendrá. Cada huella es un eslabón del Plan Maestro diseñado por nuestra conciencia superior, la cual solemos ignorar y olvidar a causa de las trivialidades de la cotidianeidad, que empolvan la retina del Alma, nuestra única y fiel esencia.
Fluir sin obstaculizar lo inevitable es la mejor manera que encontré de vivir y es un desafió, un trabajo cotidiano que requiere de mucha voluntad interior. Pero sin dudas para mi, es la más sana, la más transparente, la única trascendental.
Siempre mi eje es mi vocación, es mi guía, mi pulso, mi esencia, eso es intrínsecamente intransmutable.
Las raíces deben poseer alas, para pertenecer al todo absoluto e incluso a la nada. Las raíces sostienen árboles de antaño, aunque las ramas caigan y el follaje sea perenne y a veces se marchite como parte del proceso, inminentemente necesario. Pero las raíces que pertenecen siempre al mismo suelo no pueden alzar vuelo.
Por eso hay dos cosas que podemos dejarles a las futuras generaciones: raíces y alas. y que la “O” no forme parte ya.

Nada ni nadie puede bloquear mi vocación de servicio y mi esencia, no dudes nunca de eso. Tengo certezas muy profundas y personales, como para cambiarlas a esta altura del camino. Claro que mutan y se transforman, pero las raíces más profundas son estables y mientras más vuelo alcanzo más lejos llegan, aunque parezca una contradicción.
La claridad y la sincronía se presentan con tanta perfección que no dejan espacio para sembrar la duda, y entonces me entrego a lo inesperado, al misterio del mañana, a la vida que no deja de fluir como un río transparente y puro.
Cada vez creo menos en las estructuras, en lo fijo, en el control de lo que sucede...lo que acontece sin previo aviso es la vida, esa es la esencia del milagro de esta existencia que transitamos como seres espirituales, en envases humanos. Lo que sucede y acontece, nos traspasa, nos trasciende. La realidad nos atraviesa y nos desafía constantemente; eso es la vida para mí. No la vida de cartón creada, materializada, controlada. Lo que se estanca se pudre y lo que se pudre, se muere. Yo no quiero más muerte, apuesto a la transformación constante del espíritu y de la materia. Tampoco ya quiero pensar como creí toda mi vida, que uno pertenece a un lugar o a algo o a alguien. Esas convenciones ya no caben en mis círculos, son obsoletas y toxicas.
Somos hijos de la Tierra y el Sol, no pertenecemos a un espacio físico esencialmente establecido, somos cuidadanos del mundo. No creo en las fronteras que cultivan separación, exclusión, opuestos, desintegración. Son creaciones puramente humanas, no divinas. Prefiero sembrar, unir las misiones y las Almas pulcras. Abrir las manos de par en par y entregarse a los designios. Construir juntos, luchar uniendo fuerzas, sin luchar contra nadie sino a favor de todo. En eso creo...y a partir de eso, me guío, intuyo, siento y presiento, me muevo, vivo e incluso a veces muero, para poder renacer y continuar.
Las señales y los presagios son cada vez más lucidos y transparentes. Los hilos invisibles cada día más palpables, las Almas compañeras, cada vez más en comunión. La muerte ya no existe, si comprendemos que no somos más que un simple pestañeo en la infinitud del universo y de la existencia misma. Todos estamos y permanecemos de una u otra manera, fluimos en un océano inabarcable para nuestra finita mente, pero totalmente natural para nuestra mente superior. Y en esos atisbos de lucidez, en los cuales logramos conectarnos con la fuente, comprendemos.
El eco de lo invisible toma cuerpo, es una música interior. Como un antiguo vals, que te resulta conocido, y te fusiona con la unidad indivisible de la que todos somos parte.
Todo esta claro, no hay de que preocuparse.
Mi destino, mi misión: esta acá, adentro. Ni adelante, ni encima, ni lejos. Late conmigo desde que soy en esta existencia. Desde que elegí este envase. Podrá ser acá, o en el polo opuesto del mundo. En barco, en avión o a pie, pero es. Fluye, late, existe, es un llamado interno que me transciende y al cual sigo desde el corazón, desde el Amor: Él es mi brújula, no hay más. No importa como, ni donde, ni siquiera importa con quien, mientras sea fiel a mi propio latido interior. Sé que es él quien me guiara siempre hacia lo correcto, sin interferencias creadas.
Y marchare fiel hacia aquel sendero que yo misma supe diagramar, en otro estado por razones que desconozco pero intuyo. Porque se presentan, intermitentes entre el silencio y el Alma. ¿Cómo creer en las casualidades o en el azar? ¿Cómo permanecer inmutable en un Universo tan dinámico e inabarcable? Las cosas siempre en esta existencia suceden por algo, son un mensaje, un llamado, son.
Año tras años me inunda una sensación de tranquilidad y de certeza interna, de estar donde tengo que estar, de ser quien tengo que ser. De ser fiel, ante todo, a mi propio presagio.
Mantener el equilibrio es un trabajo constante, con recaídas, pozos, oscuridades y soles. Pero es un trabajo que vale la pena experimentar, porque los frutos son tan bellos y maravillosos, que entonces olvidamos el esfuerzo.
Nunca es en vano, intentar. La intención es lo más poderoso que poseemos como seres humanos.
Somos faros de luz para iluminar en la oscuridad. Si eres un foco de luz para irradiar seguramente que no te darán misión al lado del sol, porque nadie te vería, en tu propósito de vida habrás elegido estar en lugares donde puedas colaborar para elevar la vibración del lugar…
[1]
Todos somos un milagro. Todos poseemos el mismo poder de crear y cocrear con la naturaleza, porque incluso somos la naturaleza. Somos el agua y la tierra. El fuego y el aire.
Y cada amanecer es una bendición y una oportunidad para despertarnos a la vida.
Estamos protegidos, eternamente, bajo el manto de un haz de luz multicolor.
Cara rayo de sol anuncia una nueva posibilidad, nos acaricia con su sabiduría y nos invita a andar ¿Cómo no caminar de la mano de tan amable ofrenda?



Esto es la salud: esto es el éxito, y la felicidad, y la verdadera vocación de servicio.
Servir a través del amor, en la más perfecta libertad de seguir nuestro propio camino.
* Edward Bach*



N.P.S
17/12/09



[1] Ana María Frallicciardi – Astrologa www.aguilaazul.com.ar

6 de diciembre de 2009

Inútil presagio



Me adentro en la maravilla de tu mundo y desde allí palpo lo invisible.
Intento sumergirme en ese mismo océano que se evapora inminentemente antes de que pueda llegar…es inútil desafiar lo que no es. 

Ir contra un destino presentado de esta forma tan cruel y compañera. 
¿Conformarme? ¿Soltar? 
No puedo soltar lo que nunca tuve, ni puedo conformarme cuando el Amor se desborda en una lágrima que riega un mundo de ilusiones marchitas. 
No puedo no sentirte, así. 
De esta manera tan absurda e intensa. 
No puedo no entregarme ante semejante grandeza. 
Quisiera poder tener el valor para conformarme y poder admitir que no puedo. 
Por ahora solo me queda esto, la ilusión perenne de tu encanto.

N.P.S
06/12/09


Anatomía del Alma


El eco de la soledad
Retumba en mi sangre.
La luna alumbra mis talones
Pero hace frío.
Y no hay nadie detrás.

El fuego interior
Alumbra el espacio que habito
Deshabitado de otros
Que golpean la puerta
Sin llaves que sortear.
Pero a pesar de eso…
No entran.

Me invade una sensación ambigua
La sutil paradoja
De dar incondicionalmente
Y sentirse así de solo
En esta absurda
Y suave anatomía que me contiene.

Me dibujo entre tus manos
Pero no puedo sentirte
La impotencia se apodera
De mis sienes, de mis pasos
Y entonces empiezo a comprender
Que estoy lejos y te quiero
Y que afuera hace frío.
Pero adentro, te espero.

N.P.S
06/12/09

Una carreta al cielo

Hoy no fue un día más en el hospital Borda, aquel hospicio que ha logrado quedarse con un trozo de mí.
Hoy fue un día especial, de encuentros, reencuentros, complicidades y un alo cargado de emoción. Arte al paso se hizo presente y eso ya es motivo suficiente.
Rebalsada de emociones, así llegue y así me fui. Sentimientos encontrados se enmarañaban por mis piernas, la misma pasión de siempre se agitaba en mis manos, las caricias en el Alma no se hicieron esperar y las miradas cómplices poblaron un futuro repleto de Amor y esperanza.
Enterarme que el marido de Ana es titiritero, y amarla aun más por eso y porque es un ejemplo constante como psicóloga y como ser humano, es también parte de tanta emoción. Los pacientes, el papel, las tareas de siempre y el reconocimiento y el lugar que de a poco se va formando, como un hueco en el espacio. Y me encuentro y reconozco en palabras ajenas pero propias.

“Hola, me quedo como voluntaria” “¿Te quedas hasta fin de mes?/ No, hasta febrero” “Me recibo el año que viene”
“Acá también hay internas, exclusión y lucha de poderes. Aunque no parezca, este lado de las rejas sigue siendo igual al mundo” “Esta es la mejor parte, vos conociste las cinco estrellas. En los servicios de crónicos, esto no es así”
“Ojo con usar la palabra psicotico acá adentro”

Un servicio, un jardín, un paciente, miles, un pasillo e infinitos cuadros e inventos. Tanto Arte que uno se marea, pierde el foco casi hasta sentirse fuera de la realidad.
Así, justamente ASI me sentí hoy, en una especie de sueño. Porque no dejan de sorprenderme nunca, las vueltas de la vida. La sincronía y la causalidad siempre presentes, marcando el rumbo, latiendo al unísono. Que hermoso es poder sorprenderse del destino y aceptar la vida en todos sus matices. La paz interior es impagable, uno respira tranquilo y se entrega al fluir de lo inmediato, comprendiendo que el pasado y el futuro no son más que creaciones humanas.
Pero las creaciones que abundan en el hospital son humanas y también divinas. Un mundo inquietante, apasionante, un mensaje en cada trazo. Allí están ellas tan bien materializadas, las dos cosas que siempre han sido los pilares de mi vida: El Arte y la vocación de servicio.
Sin ambas cosas, la nada misma, la inexistencia pura. La desintegración personal, en mi caso personal, claro.
Y en el hospital, ambas se conjugan tan perfectamente que a veces parece ilusorio.
Y sumado a tantas emociones y decisiones que echan sus raíces, lentas y sutiles, pero raíces al fin llego él. Y no llego así nomás, llego cargado de energía, lleno de luz y con la misma sonrisa inocente de siempre. Con un chaleco amarillo y la humildad a flor de piel, vino. Llego y hablo con Ana, y con el Frente de Artistas y con cada paciente…llego y poblo, y creo y soñó seguramente, también.
Podía leer en sus ojos preguntas y desconcierto, no pudiendo hacer foco en nada, en medio de tantos pacientes, pasillos, presentaciones y Arte. Pero llego y estaba ahí, conociendo el Borda, sin dejar de acotar lo maravillado que estaba. Y yo aun, sin poder entender mucho nada ¿Seba hablando con Ana? ¿Seba en Molineros? Eso, las vueltas sorpresivas de la vida, los boomerang que uno tira al viento y vuelven cargados de sueños.

“Él: ¿Y porque no trabajan todos juntos con el frente de Artistas?
Médico (jefe de servicio): ¿Y por que si? ¡Porque existe el libro albedrío! Eso, vos me preguntas porque no, y yo te digo por que si. Él: No quiero que lo tomen como una critica, pero pienso que esta bueno unir, integrar, juntar fuerzas y luchar todos juntos…”

Es increíble oír mi propio discurso en voca de otro. Mis certezas y mis pasiones, en las pupilas ajenas, que él diga lo que yo estoy pensando, y sobretodo que se anime. Que mágico es el ser humano, que maravillosa es la empatia. Hubiera querido abrazarlo, por defender sus valores e ideales y no dejarse callar por poderes ridículos y obsoletos. En la vida, nadie es más que nadie, las jerarquías son siempre artificiales y nosotros dos, lo sabemos de sobra.
Pero había algo más. Entre todo eso y él había un puente: yo ¡Que digo un puente! Varios puentes y vidas, destinos y pies descalzos. Y todo era más mágico porque ella estaba ahí. Porque ella latió dentro mío, porque podía sentir su emoción o imaginarla tal vez. Mi compañera eterna de locura, mi siamesa, mi guerrera siempre en primera fila de combate. Hemos luchado y soñado tanto juntas tantas cosas que hoy se palpan, que hoy son parte de mi realidad, de mi profesión y de mi profunda vocación de servicio. Tantas utopías construidas y compartidas, que hoy se materializan frente a mis ojos ¿Cómo no llorar ante tanta grandeza? ¿Cómo no extrañarte y sentirte tan cerca? ¿Cómo no gritarle al mundo que no hay nada más gratificante que ayudar y ser parte con los otros? ¿Cómo explicar lo que no es no tenerte y seguir? A vos nunca tuve que explicarte nada de esto, porque vos misma lo eras, y por eso viviste una vida tan intensa, de entrega y Amor incondicional. Y por eso me siento tan sola, aunque profundamente acompañada también, en situaciones como estas donde me desborda tanta vida y no te encuentro físicamente, en ella. La impotencia es muy grande, pero la compañía siempre es eterna y eso me tranquiliza bastante. Porque todo lo que hago, lo hago por las dos. Ahora lucho por las dos, respiro por las dos, siempre por las dos e incluso abrazo a Seba, por las dos. Y si, tenías razón en todo lo que me dijiste sobre él y más aun. Pero la vida es así de loca, así de imprevisible. Vos te fuiste y él llego, casi como un presagio. De alguna manera, desde que no estas, siento y veo con mucha mas certezas, ciertos legados y la fusión de seres produciendo cosas bellísimas. Esta ahí, se palpa y cuando sucede, uff…todo es tan fuerte, que ni las palabras ni el silencio, pueden contener tal sensación.
Vos te fuiste pero estas, sembraste miles de semillas que no dejan de brotar. Estas en cada sueño, en cada utopía, en casa paso, estas en alguna rasta de Seba, en mis manos, en los rincones de aquel viejo jardín del hospital que hoy recorría con el corazón galopante. Estas incluso en la remera que lo obsequie, porque gracias a vos me instruí en ese Arte de plasmar palabras en nuestra vestimenta.
Estas y sos, y supiste como dejarme el camino señalado. Supiste dejarme seres y emisarios que son tesoros. Vos te fuiste pero acá seguimos luchando por la caída de los muros, luchando por la dignidad, por los derechos, por todas las injusticias que gente como nosotros tres, no puede soportar. Acá estamos, compañera, accionando, iluminando, caminando, revolucionando…y hoy, caminaste conmigo en cada baldosa y en cada mirada cómplice que hubo entre él y yo. Ahí, justo en el medio estabas vos con tu dulce energía, ahora más divina que antes.
Y luego de los regalos, extramuros, y los abrazos no pude contener mis lágrimas. Y entonces, en pleno transporte público me largue a llorar. En silencio y sin pensarlo, como causa de una profunda alegría existencial, una cascada de plenitud y fraternidad intransferible me sumergió en otro espacio posible.
Con orgullo, si claro, por vos, por mí, por él, por todo lo que se puede hacer cuando hay voluntad y buen corazón.
Y en medio de tanta emoción, también llore por no poder contarte todo esto, por tener que festejar sola e internamente tanta belleza. Llore porque me lo tenia merecido y porque últimamente, me doy más permisos que de costumbre. Llore y te sentí, alada y eterna. Y mientras secaba mis lágrimas, entre sonrisas y nostalgia, imaginaba tus ojos siempre tan brillosos y sabios. Imaginaba tus palabras y tus calidos abrazos, amiga mía. Y entonces llore con más fuerza y sonríe mirando al cielo. ¡Puta que vale la pena esta experiencia! Que no pasamos por la vida inadvertidos. Que como vos decías, hay gente tan necesaria que dan ganas de abrazarlos con el Alma misma. Que somos fueguitos y que hay algunos que alumbran tanto que encandilan y producen estas reacciones. Un llanto inesperado, un sin fin de preguntas, una satisfacción interna inmensa y un suspiro cósmico. Y no puedo olvidar una de tus últimas frases tan recurrentes: Las revoluciones se hacen con una sonrisa, si así se hacen.
Y la certeza continua de otras vidas, de esos hilos invisibles que nos han unido, por las mágicas artes del destino.
Si, Dios actúa de manera misteriosa y como nos hace emocionar eso, que bien lo arma. El plan es perfecto, el diseño nos contiene. Todo se transforma y esta vida, es solo un paréntesis en medio de la eternidad inabarcable.
Solo eso, un granito perdido en el espacio infinito.
Y entonces, nos volveremos a encontrar y seguiremos construyendo. Y mientras tanto, en esta vida, marchare siempre por las dos, desde adentro y por nosotras. Y aunque en el álbum de mi memoria falte aquella foto que nunca vamos a sacarnos, él, vos y yo, esa misma existe muy dentro de cada uno de nosotros. Existe en un espacio paralelo, en la dimensión del Amor que es eterno, existe ahí donde hacemos y somos, dejando la huella no solo en el mundo, sino en seres humanos eternos, como nosotros mismos.
Permanecemos y estamos, unidos desde el corazón, no desde la razón. Lo sé y lo supe siempre.
Gracias Angita, por ser mi pedacito de utopía. Como siempre, estoy donde estas porque estas donde estoy.
Gracias Seba, por tanta esperanza sembrada. No me canso de agradecerte…de eso se trata un poco nuestra historia.
Uno recorre el mundo en carreta y otro el cielo en nubes y arco iris…
Que orgullo es compartir esta experiencia de vida, con dos Almas nobles y sabias. Por que no me siento tan sola entonces cuando me despierto con ganas de cambiar el mundo.
¡Yo si soy afortunada!

Ya lo decía Albert “Dios, no juega a los dados”

N.P.S
04/12/09

27 de noviembre de 2009

Suicidios sonoros

¿Qué podría sonar antes y durante mi suicidio? Fantasee varias veces sola con mi sombra en la pared, y otras, no tan sola. Con ella coincidíamos hasta en esta elocuencia de la que debatíamos con mate o tragos de por medio. No importa ahora los métodos ni las razones, solo la banda sonora que decore el momento y acompañe nuestro intento de eliminarnos de este plano, de devolver el regalo, de escupirle la cara a Dios.

Como primer candidata, desde hace años, el soundtrack de Réquiem for a dream. No hace falta agregar nada acerca de la película, porque nos ha desgarrado a todos y cada uno de los que la hemos manoseado.
Sin duda alguna, seria el tema principal que además de ser el más conocido es el más enérgico. El soundtrack, posee cinco versiones, una mejor que la otra. Entre violines, puertas que se cierran y una sinfonía desenfrenada, fluye mi fantasía. Réquiem for a dream es dolorosa de principio a fin, es de esas canciones instrumentales que nunca podría ser el escenario de una bella escena, ni de dos niños de la mano, ni de un arco iris de verano. La versión que más me gusta, comienza con un portazo que da la sensación de proceder desde lo interno, de lo subterráneo. Y luego, un eco fantasmal acompaña a la sinfonía interminable que parece subir, suavemente, una escalera que conduce el infierno.
Un portazo y un eco, como si algo se cerrase para siempre y luego comenzara una marcha desesperada sin rumbo. Una melodía nostálgica, densa y oscura invade el Alma. Y un cierto magnetismo, marcado por el paso de una agonizante caída, marca el ritmo. Es una canción lenta pero ansiosa, da la sensación que alguien te estaría corriendo…y de golpe se corta, hay un quiebre, un surco y todo calla, incluso ella misma.

Segunda candidata, intocable, viernes 3 a.m. de Seru Giran con letra y música de Charly García.
Desde la primera vez que la escuche me sentí plenamente identificada y en los momentos más oscuro, ha retumbado en lo más profundo de mi ser que “los que no pueden más se van” intentando conformar inútilmente, la debilidad humana y existencial que se apodera por las noches de mi nuestra sutil vulnerabilidad. Esta canción es un historia de vida, que aunque toda casualidad sea pura coincidencia, se parece demasiado a muchas experiencias y sensaciones personales. Hojas muertas que caen, y un conteo absoluto y sin permisos, te parte la cabeza casi incitándote a hacerlo. Cerrar los ojos y ver, todo el mar en primavera, parece una escena feliz, pero solo es una mentira que no podemos creer. Convenciendote al compás de una melodía triste con un final poco feliz, o no. Aunque morir un viernes a las 3 a.m. cantando a la par de Charly, no suena tan infeliz.

Tercera candidata, flores en su entierro, de Joaquín Sabina y Fito Páez. Claro, del cd “Enemigos intimos” uno de mis preferidos hace años ya (y sin embargo no pierde el puesto). Una letra profunda y amarga, de una historia que podría ser real e incluso propia. Una canción no lenta, con altibajos y un ritmo extraño para suicidarse. ¡Ah…pero como comienza! “Excepto las de la imaginación, había perdido todas las batallas”, impecable. Ya con esa frase, cualquier tendría ganas de matarse. Y generalmente, cuando el ser humano esta muy deprimido, lo mejor que sabe hacer es deprimirse más. El famoso “masoquismo” intrínseco que casi todos parimos.
Y para terminar, antes de despedirse del mundo, Fito grita que “la muerte que es celosa y es mujer, lo llevo a dormir siempre con ella”. Fin, telón, paz.

Y como cuarta, y tal vez solo por hoy, ultima candidata “El ángel de los perdedores” en la versión de El soldado con el Indio Solari. Oscura por donde se la escuche, con unos acordes turbios y encantadores. Con muchas imágenes fuertes, de copas rotas, mentiras, retazos de sueños, diablos, noches, agijones, agua podrida, heridas y flores, claro. Y la mejor frase de toda la canción “…las sirenas están sonando y yo sin agua bendita.” que ya engloba y dice todo, dejándolo a uno mudo y desnudo frente a tanta urgencia, a tanta ausencia y a tan pocos recursos. Y al final, todos en algún momento nos llevamos en andas, al ángel de los perdedores…y así finaliza, como un rock triste y sin remedio.

Y claro, como decíamos con ella, pondríamos la opción para que el tema elegido se repita una y otra vez y otra y otra. Una escena espeluznante y bizarra, una mera fantasía de dos mujeres que aman la vida por sobre toda las cosas. Y sobre todo, a pesar de todo.

Todos tenemos un suicidio en Stand By
Liliana Felipe


N.P.S
27/11/09

15 de noviembre de 2009

Limpieza interior

Me ducho para despojar de mi cuerpo las ultimas secuelas de lo que no fue.
Para borrar de mi piel tus huellas digitales, las de una identidad que no logro entender. Dejo que la lluvia empape mi cuerpo por completo, para que ya no queden rastros de una angustia injusta, de un malestar poco lógico y de una vida de desencuentros.
Penetra el agua mis poros, recorre cada célula, cada tejido, cada parte en la que uno y miles habitaron. Pero ya no.
Te destierro de mi presente y de mis sabanas. Sutilmente te sugiero que no intentes, que no sirve, que no fue y que no vale la pena forzar las cosas. Me higienizo bajo este manantial para lavarme de culpas, para despojarme de tu arrogancia, para que la desconfianza y la incomodidad, se vayan por la rejilla y no vuelvan más. Me preservo de toparme con tu olor en cada esquina de mi casa, por eso me ducho ahora, también.
Intento desinfectarme, inútilmente, de volver a caer en ese rol que me absorbe la energía hasta secarme. No me lavo las manos, me hago cargo y acepto que soy también, parte del círculo compulsivo y humano. Quisiera que el agua sea capaz de arrojar la densa energía negativa por la cañería para poder seguir creyendo, que es al fin lo único que importa.
Me riego de tranquilidad, casi libre de pecado. Me empapo de recuerdos y te sumo a la lista. Me refriego los ojos intentando buscar claridad…y manteniendo la mugrosa esperanza de que te pierdas en la bruma del baño y no encuentres el camino de retorno hacia mí.


N.P.S
15/11/09

13 de noviembre de 2009

Siendo

Escucho silbar al viento en el profundo silencio nocturno. El aire fresco de una oscuridad calida acaricia mis mejillas y sigilosamente, entre el eco y las sombras, roza las vibraciones de mi Alma. Cierro los ojos y me fusiono con lo absoluto. Una sensación oceánica se apodera de mis sentidos. Me inunda una energía pacifica y fraternal. Todo esta en calma, todo pasa, solo hay que caminar y creer. Se aquieta el ritmo interno, se borran las fronteras de tiempo y espacio. No estoy viva ni muerta, no estoy. Soy y fluyo, secretamente, en el mismo centro. Vuelo y me entrego, inexorablemente, a la palpitación de lo invisible…

N.P.S
13/11/09

6 de noviembre de 2009

Silencios públicos

En la sombra de mi propio reflejo dialogan el silencio y la palabra. Un espejo ajado los enfrenta cuestionando lo inexorable. Sombras y luces bailan a la par de mis latidos y el tiempo pierde espacio, y el espacio gana tiempo.
La palabra se vuelve verborragica, cargada de defensas, de proyecciones, de lo que somos aunque intentemos negarlo. Así es la palabra, un ataque de frente o una cascada de rosas. Las palabras se nos escapan como flechas que hieren al prójimo antes de que podamos frenarlas. Las palabras chocan, hacen ruido, son tan arbitrarias como ridículas. Las palabras tienen peso, a veces pueden ser rocas gigantes y otras sutiles algodones, pero siempre poseen una impresionante capacidad de impacto, en lo ajeno y en uno mismo. La palabra tiene tantas cualidades absurdas como necesarias, tantos matices como interpretaciones. A veces parecen penetrar al otro, casi lo traspasan como una espada, como la espina de una rosa, las palabras. Ellas simulan permanecen intactas e inmóviles mientras manipulan las zonas más oscuras de cualquier mortal.
¡Ah pero el silencio…nada más descriptivo que él! Su voz es alada, su estrategia sigilosa, y sincera su esencia. El silencio no miente, nunca miente. Delata porque es humano y nos engloba, todos caemos bajo esa regla. Hipnotiza sin pedir permiso y preexiste a nuestra propia voluntad. Porque todos callamos alguna vez, porque el silencio no siempre es olvido, porque nos excede, nos habla, nos calla. El silencio apacigua nuestras turbulentas aguas internas, efecto fugaz de la vida moderna. El silencio permite escuchar nuestra respiración y mantener el ritmo interno, en todos los planos. El silencio nos conecta con la esencia propia y ancestral, con el todo. El vacío esta poblado de silencio…y por eso nos produce tanto terror. Porque el silencio nos desnuda, nos deja indefensos frente a lo desconocido, en ese punto en que las palabras no median y pierden su peso, el silencio toma forma y posición, y entonces habla.
Siempre será el silencio el sonido más ensordecedor, el interrogante existencial que más preguntas contiene, las respuestas disfrazadas, las complicidades entretejidas, la voz de las estrellas. Lo que late y perdura cuando las palabras se extingan . Lo que tejen las miradas, es silencio. Lo que las bocas gritan al tocarse, lo que las manos dibujan en el aire, el espacio entre un Alma y otra, es silencio.
Poderoso y sutil compañero, el silencio…ojala nunca calles .


N.P.S

06/11/09

31 de octubre de 2009

No, lo que somos

Un punto medio entre tu Universo y el mío, que es inexorablemente el mismo, en realidad. Sucede que la única realidad es que la realidad no existe, por lo tanto acontece lo que no podemos prever y de eso se trata la vida, de constantes sucesos sorprendentes.
Pero la lluvia, la lluvia en tus pequeñas manos, mis cabellos revueltos que huelen a sahumerio y esta distancia ridícula y karmatica, de la cual me hago cargo.
Me encapricho y huelo a infante impulsivo y después entiendo.
Me entiendo, te entiendo y particularmente entiendo el Universos y sus leyes, Dios y sus causas, que aunque patalee y llore, seguirán siendo exactas y perfectas.
Péndulo en silencio entre el odio y el amor, aunque siempre permanece en mí la fiel certeza de que yo no creo, sé.
Compartir y ser, sin estar haciendo algo y sin dejar de ser lo que no podemos evitar.
Entrar, entrar sin golpear la puerta y despedirnos antes de llegar.
Un poco de eso se trata esta breve historia.
Un pestañeo ineludible, un suspiro profundo y la vertiginosa experiencia traspersonal de conocer a otro que es siempre infinito, complejo e inabarcable.
Ese otro que es tan propio y ajeno, que no es más que reflejo y proyección, el filo entre lo empatico y la desconfianza. A lo mejor somos tan simples que necesitamos complejizarnos para diferenciarnos ¿De que, no? De nosotros mismos, quizá.
Tal vez seamos diestramente diferentes y funcionemos como opuestos complementarios, o no funcionemos jamás. Pero más posiblemente, seamos puntas de un mismo lazo, caras de una misma moneda.
Vos y yo. Sin un nosotros posible, aun, que me resulta tácitamente imposible de representar. Pero entonces el diablo mete la cola, la realidad toma forma, todo parece más claro y en la fusión de tu mundo y el mío, se habré la gran boca del silencio y respira por los dos. Afuera llueve con una intensidad que me desvela el Alma.
Y adentro, solo hay preguntas y enigmas pocos claros que intento resolver pese a las distancias que lo externo impone, contra mi propia voluntad.
Esperar. De eso se trata la vida, mi vida.


(…) capricho debe ser.
Oh déjame que ría... ¿no ves que tarde hermosa?
Espínate las manos y córtame esa rosa.
Alfonsina Storni *


N.P.S
31/10/09

25 de octubre de 2009

Interio Literal

Dios riega las plantas mientras un heterogéneo grupo de taller literario intenta plasmar su interior en la cara oscura de la luna. El aula huele a lluvia, los truenos acompañan cada punto y aparte y los relámpagos iluminan nuestra oscuridad. Mientras, el frió se encarga de recordarnos que aun estamos vivos. Vivos en nuestros asientos, en estos pequeños pupitres que inmortalizan la infancia, dentro de un colegio en el barrio de Saavedra. Dentro de un país, de un continente, de un planeta Tierra que apenas respira…intoxicado de humanos. Nosotros siete dentro de un universo paralelo, Almas literarias, volcamos nuestra sensible imaginación en páginas inconclusas, compartiendo sueños truncos, batallas ganadas y un empapado interior de historias personales y únicas. Compartimos lo único homogeneizando lo diferente, al compás de la lluvia primaveral que inspira compasión. Con pasión escribimos y somos lo que escribimos. Las letras nos describen y nos escriben a nosotros mismos. Y nosotros, pertenecemos ignorantes al margen de un renglón imaginario. Permanecemos en esta tarea innata de comunicar, de trasferir, de convertirnos en Oes e inflarnos de ego. O de volvernos flaquitos e indefensos como las Ies, con puntos estrellados contra la más cruel realidad o iluminados por el milagro de la vida, también. Ies con puntos existenciales vacíos o rellenos de circularidad y energía. Puntos somos, de un eslabón que forma parte de una cadena mayor que existe, aunque no la podamos ver. Porque si antes era, ver para creer, es hora de que nos demos cuenta, que ahora hay que creer para ver. Nosotros vemos esencias, ustedes ven palabras…tal vez, simplemente un montón de letras amontonadas que intentan describir lo indescriptible.

N.P.S
23/10/09

Asisto

Asisto en silencio al eco de lo invisible. Me resbalo por las teclas de un piano luminoso y veloz. Me sumerjo en sus más finos acordes y palpo desde allí, todo el universo vibrando al unísono. No somos nada, dicen, y sin embargo somos todo lo que conocemos. Eso ya es demasiado, es decir, prácticamente una inabarcable y existencial nostalgia. Siempre necesaria y bienvenida.
N.P.S
23/10/09

Cuando

Cuando éramos niñoslos viejos tenían como treinta
un charco era un océano
la muerte lisa y llana no existía.
Mario Benedetti

Cuando tenia ocho años, pensaba que a los veintidós años iba a estar recibida, casada y esperando ya algún hijo. Los viejos tenían como treinta, un charco era imposible de saltar y la muerte solo afectaba a los viejos, aunque se aferraran del pasamano.

Cuando tenia doce años, seguía pensando que a los veintidós iba a tener la vida armada, los viejos tenían como treinta y cinco, un charco era saltable y la muerte algo tan lejano e imposible que ni siquiera ocupaba mis pensamientos.

Cuando tenia dieciséis años, no tenia claro que iba a estudiar así que tampoco sabia cuando me iba a recibir, ya no creía en el matrimonio y si esperaba, tener un nene y una nena. Los viejos tenían como cuarenta y tantos, al charco lo esquivaba y la muerte ya se había cobrado varias vidas de mi entorno.

Cuando tenia veinte años, pensaba que cerca de los veinticinco recién iba a estar recibiéndome, el amor ya me había cacheteado el Alma, un charco era un poco de agua sucia de lluvia y la muerte un tema existencial muy cercano que despertaba mi curiosidad.

Ahora que tengo veinticuatro años, me recibo por fin el año que viene, aun no encuentro mi medio limón y para los hijos, falta bastante. Los viejos tienen noventa y a veces, ni siquiera. Un charco me empapa los pies y la muerte es una punzante realidad que acaricia mi almohada cada noche.

Cuando Mario murió, yo aun no me había recibido, el amor estaba en sus ojos, un charco inundo los míos y la muerte, se lo había llevado.

N.P.S
12/09/09

Gracias por el fuego


Durante los cuatro siglos que duro la inquisición fueron llevadas a la hoguera ocho millones de personas, la mayoría mujeres, lo que da un total de cincuenta y cinco personas ejecutadas diariamente, durante solo...cuatrocientos años.
Liliana Felipe *


Tengo diecinueve años, me llamo Juana y hoy he sido finalmente condenada a muerte. Me quemaran en la hoguera y podré ser parte del paraíso, después de tanta lucha, de tanta desconfianza…después de todo. Dios me ha guiado todos estos años por medio de voces interiores que han marcado mi camino, surcando un destino trágico que debería haber sido divino. Soy una persona Santa y devota, Dios me ha otorgado un don que ellos no pueden ver ni aceptar. Creen que estoy loca, me encasillan bajo palabras que no comprendo, no tienen la capacidad de escuchar mi mensaje.
Es la madrugada del treinta de mayo del año mil cuatrocientos treinta y uno. Me han vestido como la inquisición manda, ropajes largos y blancos envuelven mi cuerpo. Sobre mi rapada cabeza han colocado un puntiagudo gorro que dice “Hereje, reincidente, renegada, idólatra”. Me han esposado y es inútil resistirme, ya no. Escoltada por un gran grupo de personas, soy arrastrada hacia la plaza repleta de gente. Son las nueve de la mañana y el sol brilla en el cielo. Unas diez mil personas expectantes aguardan ansiosas mi muerte, entre ellas centenares de soldados ingleses. Una plataforma con una hoguera montada en ella, será el escenario que me acompañaría hacia el fin o hacia la ansiada libertad. Diviso una estaca justo en el medio, a la cual supongo que seré atada y un montón de ramas apiladas debajo, que serán las encargadas de hacer arder a mi carne. Delante, una mesa con todos los delitos y pecados que he cometido. Me arrodillo durante casi una hora y hago las plegarias correspondientes.
Antes de ser quemada, un soldado ingles interrumpe con un grito y entonces el alguacil da la orden de ejecución y el verdugo, me traslada hasta la estaca. Como ultimo deseo, pedí a los Sacerdotes que alzasen la cruz delante de mis ojos hasta que ya no pueda verla, para estar acompañada por Dios hasta el último aliento. Fue entonces, cuando un fogonazo impuesto por el verdugo comenzó el proceso que me reduciría a cenizas. Mi Alma quedara en manos de Dios y podré ser al final, libre...
Lo que sucedió en ese momento no tiene palabras, es incontable, intransferible. Todos observaban atónitos la situación, algunos festejaban, otros lloraban. Habían sido cómplices de una masacre que pasaría a formar parte de la historia: quemar viva a una Santa, a una adolescente de diecinueve años; algo de lo cual muchos se arrepentirían años mas tarde. Luego de la muerte de Juana, algunos testimonios dicen que su corazón permaneció intacto y lleno de sangre. Ciertas versiones dicen que sus restos se lanzaron al Sena y otras afirman que algunos fragmentos de piel y de huesos fueron recuperados entre los leños quemados y conservados hasta ahora, bajo la propiedad del arzobispado. Algún soldado inglés afligido, como tantos otros, afirmó haber visto el Alma de la joven marchándose del cuerpo y algún otro confeso haber sido testigo el reflejo de Jesús, como otros dijeron también haber visto salir una paloma. La realidad es que Juana ya no esta, ella ha sido una victima más de la inquisición y de la ignorancia humana, que es infinitamente inagotable.


N.P.S
23/10/09

1 de octubre de 2009

Lo que acontece

Como la muerte remueve lo profundo provocando que el sedimento del fondo, el barro más oscuro, tome forma y personalidad. Como la muerte hace caer las caretas y como también afirma otras tantas. Como la muerte moviliza puntos invisibles de conexión y desconexión continuamente de manera sigilosa y estratégica. Como ata cabos y separa nudos. Como pincha y escarba. Como une y afianza. ¿Es la muerte en si o es el lugar vació que ella dejo? ¿Es la muerte en si o es ese gran lugar que ella ocupo? ¿Serán ambas cosas? ¿No será ninguna? Será…lo que fluya y se estanque. Como la muerte ha transfigurado la vida de todos, o de algunos, o la nuestra, sobrino. Eslabones que se pierden producen cadenas que se cortan. Funcionamientos grupales que cambian, roles ausentes, grupos desmembrados. Recambios energéticos, costumbre, miradas, maneras. El vacío de representaciones progresivo que se diluye en cada parpadeo. La no inscripción en el inconciente. La conciencia plagada de ideas mentales, la materialidad obsoleta de pendientes abstracciones ridiculas. La mirada parcial de la mano de la mente menor que no se acalla y pincha e intenta convencernos, una y otra vez. Limpiar el polvo de la lente interna y observar sin prejuicios, sin presunciones, sin subjetividad ¿Cómo ser objetivos sin dejar de ser sujetos? ¿Cómo enfocar un punto sin que se desenfoque el fondo? ¿Cómo enfocar la realidad si esta se diluye y cambia cada segundo del tiempo inexistente? ¿Cómo pensar en un pasado que ya no existe y como pisar un futuro que se escapa en cada paso que damos? El tiempo es ahora, es hoy, es esto. Soy yo escribiendo en esta pequeña libreta acurrucada entre almohadas. Lucida, amplia, pensando que la vida siempre vale la pena y que es un juego de aventuras sorprende que no deja de maravillarme. El tiempo soy yo esta madrugada, intentando desenmarañar un poco todos estos procesos que la muerte produce en las personas, en los vínculos, en los grupos, en el mundo.
El tiempo es ahora. Sos vos leyendo esto, son tus pensamientos automáticos de este mismo instante. Ese es el tiempo. No el reloj, no el mental, no la coreografía sin fin que bailamos diariamente.
El ritmo interno. El magma de la Tierra. La sincronía perfecta. Ese es el tiempo.
Sin dudas todos los momentos empiezan a nombrarlo.


Habrá un año en que habrá un mes en que habrá una semana en que habrá un día en que habrá una hora en que habrá un minuto en que habrá un segundo y, dentro del segundo, habrá el no tiempo sagrado de la muerte transfigurada."
Clarice Lispector.


N.P.S
01/10/09

Fotografia: Chema Madoz

21 de septiembre de 2009

Mate de letras


Esta noche me niego a dormir. Me desvela una calida sensación de conciencia. Amo la soledad luminosa de estos momentos. Me acompaña un tibio mate y las dulces palmeritas que mi abuela me obsequio esta tarde.
Hay mucho silencio, de ese silencio que da paz. Solo escucho roncar a mi perro y la noche parece muda. Tengo tanto que decir y sin embargo, no escribo.
Nunca fui buena para sinterizar. Y cuando digo nunca, lo digo desde la escuela a esta parte. Pasando por parciales, cartas, mails, dedicatorias. Nunca. Me excedo, no puedo condensar las ideas, no puedo limitarme. He ahí el nudo de la última sesión psicoanalitica: los límites. Otra cosa que nunca tuve, ni tendré a lo mejor. Bordes, más que limites. Soy desbordada. Apasionada. Entusiasta al extremo. Bach me daría Vervain y tendría toda la razón.
Uno es como es, con todo lo que eso implica. Podes hacer terapia, podes meditar, podes tomar flores y mil cuestiones, podes intentar cambiar una y mil veces pero después queda uno. Nuestra esencia, lo que somos, lo que traemos, el mensaje que portamos, el Plan divino, los genes, el ambiente, la época, la cultura, la sociedad...
Uno.
Y ahí es donde uno se para frente a un espejo y se ve. Uno consigo mismo. Ser uno consigo mismo. Y otra vez termino siendo autoreferencial o existencialista. No puedo salir de esos parámetros, de ese cuadrado. Y no me gustan los ángulos, prefiero los círculos. Lo que no tiene fin, lo que es perfecto, lo que es cíclico. Pero también, el circulo representa el encierro, el volver a repetir, la compulsión, los patrones que una y otra vez padecemos o somos. Las dos caras de las cosas, los polos, los opuestos. Esta cosa intrínseca y humana, de volver a caer casi gravitatoriamente. Y creo que acabo de crear una palabra. La creación.
La vida.
Y la muerte del otro lado, siempre presente, nos acecha luminosa. Volver a casa. Retornar. El viaje menos esperado por nuestro cuerpo, tal vez más esperado por nuestra Alma. Pensar sin involucrar la mente racional y concreta. La maldita mente inferior.
Pensar.
En que me gustan las botas de lluvia y nunca tuve unas. Pensar en que cuando llueve me encanta ver hombres que caminan con paraguas. Pensar que el silencio es cómplice de lo que defendemos con palabras. Pensar que cebarme un mate un domingo a la noche es feliz y no es depresivo, y me cebo. Pensar porque mi camisón tiene letras rosas y celestes que son A-B y Y, ninguna más, y no entender el porque. También corazón y círculos. Y además celeste y rosa, varón y mujer, bien podría ser. No es verde, o azul, o violeta. Es celeste y rosa.
Paranoicamente, podría pensar que se trata de un mensaje sutilmente subliminal.
Lo ciclico, el corazón. A y B, lo obvio y la Y que separa. A y B, bien podrían haber puesto una O. A o B. Pero eligieron la Y. Mi camisón es una prenda quántica, holistica, que abre las posibilidades. Que no se limita, que abarca el todo ¡Después de todo es mi camisón!
Bien. Hasta cuando quiero ser concreta y superficial, termino siendo en parte profunda y casi ridícula.
Reflexión, es ridicula, s.
O no. Nunca se sabe. Y tampoco se sabe que fue de nunca.
Podría terminar de mil maneras, o no terminar. Porque esta noche me niego a dormir.
Y así, una vez más, todo vuelve a empezar.
Empezar.

N.P.S
21/09/09



Foto de mi camisón (Si, era verdad)

28 de agosto de 2009

Primos hermanos



Una de mis últimas aficiones es ir al zoológico, en el cual entro gratis por ser estudiante de la UBA, a pasar la tarde observando a los primates. Hay allí muchas especies ya que los primates poseen subdivisiones, donde podemos encontrar monos, simios e incluso en la misma línea, seres humanos.
Más allá de Darwin y de las controversias que se han creado alrededor de este interesante tema, nadie puede negar que son nuestros primos hermanos. Basta con mirarlos unos minutos, observar sus manos, su rostro, sus movimientos y sobre todo, su mirada. La profunda y humana mirada que poseen estos mamíferos.
Es maravilloso observar su comportamiento, sus costumbres, como algunos son más solitarios y otros viven en grandes grupos. Como protegen a sus crías, como pelea el macho por sus hembras, como amamanta la madre al pequeño que se duerme en sus brazos y así miles de detalles increíbles. Son nuestro antepasado más cercano. He leído varios libros, visto miles de videos y he cursado biología del comportamiento en la facultad, justamente por este tema. Allí pude leer varias investigaciones que son alucinantes. La inteligencia y sensibilidad que tienen, como se adaptan a diversas cuestiones, el lenguaje que pueden aprender e incorporar, la imitación de gestos humanos, el cariño…eso es lo que más me llama la atención. Tienen una inteligencia emocional que es increíble. A veces pienso, que algunos seres humanos carecen de ese amor incondicional y puro que tienen los animales. De la fidelidad, de la transparencia, del instinto que en nosotros podría ser el sentido común, que parece ser el menos común de los sentidos. Las últimas investigaciones señalan al Bonobo, una especie de chimpancé pan, como el primate más inteligente e incluso, pacifico dentro de su especie.
El encuentro o más bien, reencuentro con estos animales es una experiencia muy hermosa.

Hace tiempo conozco a Pancho, un chimpancé de más de cincuenta años, que habita en el zoológico. Pancho es un ejemplo admirable. Con la dentadura gastada, la visión disminuida, dentro de una pequeña jaula de vidrio, el sigue sobreviviendo y cuando te acercas esboza una sonrisa muy simpática. A Pancho le gusta mucho dormir la siesta en su colchoneta y huye de los golpes y gritos de los niños, que no comprenden algunas cosas y solo intentan jugar. Entonces, Pancho se acobija al fondo de la jaula y allí permanece hasta que dejan de molestarlo y luego, vuelve. A ver la vida, a ver el sol, a ver todo eso que solo puede ver a través del vidrio de su pequeña jaula. Ayer, como había poca gente, quise esperar a que Pancho se despertara de su siesta. Así fue que se desperezo, sonrió y lo primero que hizo fue apoyarse en el vidrio con la postura de un ser humano. Daba impresión. Apoyo su cara sobre sus brazos, en la típica posición triste o resignada que uno toma, cuando se sienta así. Con su pelo blanco, sus ojos con cataratas y sus pocos dientes, Pancho se sentó y me observo. No había nadie, solo él y yo. Un débil vidrio nos separaba y entonces me acerque lo más que pude. Mirar a Pancho es como mirar a un viejo sabio, no hay otra descripción. Y en parte también, es como mirar a un niño, porque Pancho te mira con inocencia y te mira desde adentro, fijamente, porque a diferencia de los humanos no tiene nada que ocultar. Sinceramente, el lazo de empatia que se puede generar por medio de una mirada, es sorprendente. Incluso, me lleno de tristeza su mirada, porque transmite una energía tan pura y a la vez, tan triste que uno no puede no sentirla. Al menos, no yo.
Y después comenzó a pasar gente, niños gritando, otros que le golpean el vidrio cuando dice “Por favor no golpeas” mientras los padres están en saturno. Me quede observando lo que hacían los humanos, que por allí desfilaban. A la gran mayoría Pancho les daba ternura y oí a unos cuantos decir que Pancho estaba triste, o sorprendidos por su mirada y no falto alguna bestia (porque no merece que le diga animal) que acoto “esta hecho mierda”, burlándose o riéndose de las condiciones de Pancho.
Una pareja, se agacho a mirarlo y la mujer dijo, que parecía triste. Entonces, su pequeña hija de no más de cuatro años le respondió “Es que quiere salir de ahí”. Y en otra ocasión, observando a los chimpancés en grupo, un niño también acoto que estaban tristes y trepaban porque estaban encerrados y querían salir a buscar comida. ¿Qué bárbaro no? Los niños captan enseguida la realidad, la sensación del que esta del otro lado y lo que esta mal, mientras que algunos adultos parecen pensar que los animales allí son tristes o simplemente son así por naturaleza.
Mientras más estudio sus comportamientos, inteligencia y sensibilidad, más conciente me vuelvo de su dolor. De su resignación por estar ahí, encerrados, aburridos, resignados. Claro que todos los animales lo deben sufrir, aunque la gente del zoológico diga que están adaptados y demás, yo nunca voy a poder comprar ese discurso. Pero con los primates, creo que es más grave aun porque ellos realmente pueden sentir y experimentar muchisimas cosas que son inconcientes para muchos otros animales.
Cuando uno los observa en sus pequeñas jaulitas con el recipiente de agua y comidas, parecen presos. Realmente me hace acordar a los presos de antes, les falta la cadena en el tobillo. Es angustiante.
No deberían existir los zoológicos, en ninguna parte del mundo, deberían estar permitidos. Y esto merece un escrito aparte, porque es un gran tema a desarrollar.

Soy totalmente conciente que este texto puede parecerles ridículo o exagerado, pero juro que no lo es. No lo es para mí, que soy fiel a lo que siento y consecuente con lo que intento plasmar en estas letras. Siempre he sentido empatia y amor por todos los seres vivos, amo los animales. Más aun en este momento donde estoy experimentando una nueva etapa, siendo vegetariana, donde uno puede ser más conciente de muchisimas cosas, que no es cuando aun come cadáveres de animales por los que se apiada o enternece en cualquier zoológico o granja. Se experimentan cambios y sensaciones de respeto y hermandad, únicas.
Y con los primates siempre mantuve algo muy especial. A lo mejor cuando sea psicóloga, pueda trabajar con ellos desde el lado humano claro esta, no desde el lado de la “experimentación” simplemente. Ese siempre fue uno de mis “sueños” pero que quede entre nosotros.

Y acá comparto…algunas fotos de este reencuentro de ayer con ellos, nuestros primos hermanos.



(A lo mejor dentro de miles de años, halla seres más evolucionados que nosotros, y nosotros pasemos a estar encerrados en jaulas para que ellos nos observen desde afuera, como sus primos hermanos)

N.P.S
28/08/09




14 de agosto de 2009

Vos sabrás


Vos sabrás que mis silencio solo hablan del vacío de lo intolerable, la palabra que no surge y clama, para que el mundo se quede sordo ante las silabas vacantes en la boca de cualquiera.
Vos sabrás que me siento sola, más de la cuenta, y me sobran las razones para nombrar ausencias y sentir aire a mi alrededor. Solo aire.
Vos sabrás que siempre mi camino es cuesta arriba, pero que un paso en falso produce una avalancha de eventos que en forma de domino desgarran mi Alma y terminan haciéndome bajar disparejos peldaños.
Vos sabrás que algunas noches no le encuentro sentido a todo eso y que sin embargo todas las mañanas me despierto de pie, creyendo y sobre todo, sintiendo que la vida vale la pena después de todo.
Vos sabrás que soy la mejor para dar consejos, para despertar conciencias, para estar cuando tengo que estar donde sea que alguien me necesite. Sin embargo, no puedo siempre aplicar esto, a mi misma porque soy humana y necesito de otro, de un espejo, de un complemento. De alguien que respire y me mire, desde adentro.
Vos sabrás que soy hipersensible y que a veces yo misma detesto serlo. Me gustaría que todo me afecte menos, tener más capas y ser más fría. Pero es imposible luchar contra mi propia naturaleza, soy quien soy y es parte de mi propio aprendizaje, aceptarme. Un trabajo interno de años, me ha llevado a cambiar muchisimas actitudes y acciones, pero después de todo eso, muy en el fondo queda uno. Y eso, siempre hay que respetarlo.
Vos sabrás que a veces puedo parecer demandante, e incluso muchas de mis demandas afectivas se toman como reproches, pero solo busco lo que finalmente todos buscamos: Amor.
Vos sabrás que me encanta compartir, que me hace feliz vivir la vida con mis amigos, no ser parte del público de la obra de teatro que cada uno construye, ser protagonistas, juntos, de la vida. Los papeles pasivos me oxidan, me llenan de telarañas, nunca fueron lo mío. El cambio es lo único inmutable.
¿Cómo explicarte cuanto necesito un abrazo? ¿Cómo explicarte lo que no tiene palabras? ¿Cómo explicarte que hay momentos en que ni yo misma sé que es lo que me mantiene en pie cuando todo a mí alrededor se cae? ¿Cómo explicarte que mi supuesta “demanda” es solo un pedido de compañía? ¿Cómo explicarte que hago todo lo posible y hasta lo imposible, para aprender a estar sola?
Que me cuesta el Alma reaprender a vivir la vida sin algunas personas que siempre fueron esenciales y necesarias. Que mi vida tiene tantos giros y dimensiones, profundidades e incertezas que no puedo manejar sola y comprenderme desde adentro, que necesito un copiloto, que me hace falta una mano.
Quisiera recordarte que soy fuerte, si, pero soy humana. Y que muchos por tildarme con una “fortaleza implacable” piensan que soy la mujer maravilla y que puedo manejar todo lo que me ocurre en cada momento de esta compleja existencia. Y así se olvidan que sigo siento tan humana como ustedes.
Que soy luz, si, pero también puedo ser oscuridad y de la más siniestra.
Que muchas veces puedo sola y por eso se han acostumbrando a soltarme la mano y darme la espalda, muchas veces, cuando era lo que menos lo necesitaba. Que la vida me quiera desafiar y yo intente probarle que puedo, no quiere decir que no necesite del calor humano, de la palabra a tiempo, de la mirada compañera en la cual reflejarme cotidianamente, para mitigar tanto dolor.
Vos sabrás que hay un discurso mudo e interno, que provoca nudos en mi garganta y en mi corazón. A veces no puedo desenmarañar tanta injusticia sola, a veces la vida y la muerte se enreda en mis entrañas y no tengo con quien compartirlo. Entonces hablan mis ojos, el cuerpo me da señales y solo tengo ganas de irme a dormir porque tanta soledad me abruma. Elijo descansar en el mundo onírico donde me acompaña siempre alguien.
Porque sigo pensando que el discurso de lo intolerable, se vuelve más tolerable si se puede compartir con alguien. Porque todo eso que aun no logro elaborar me atormenta en mis sueños y en mi vida conciente, también. Porque pongo mi mayor esfuerzo por enfrentar sola, con mis herramientas y bases, con mis virtudes y defectos, cada obstáculo que la vida me pone. Porque a veces me creo omnipotente y no dejo lugar al error, porque eso es un gran error y cuando me caigo me duele lo suficiente como para que la cicatriz, tarde en cerrar.
Porque los demás cicatrizan, porque pienso que debemos sanarnos los unos a los otros y porque me duele el egoísmo ajeno y la mirada indiferente.
Vos sabrás que hay un destino que enfrentar cada día, una historia familiar, una subjetividad propia, una memoria colectiva y un camino que no es de doble mano. Todos estamos solos y eso es remediablemente injusto, es decir, necesario. Sin embargo somos seres sociales, algunos más que otros, lo cual es mi caso.
Vos sabrás que a veces pido ayuda de maneras poco claras, y hasta un tanto provocadoras, cuando me resigno o indigno por la poca empatia que suelo encontrar. Pero solo eso pido, una mano que me ayude a construir lo que se derrumbo, un hombro en el cual apoyarme que sea mejor que una fría almohada.
A veces cuando solo encuentro puertas cerradas realmente me pregunto si será mucho pedir.
Un fin de semana fuera de mi casa, lejos de esta computadora, cerca de quienes considero mis amigos y compañeros de la vida. Salir, compartir, tomar algo, disfrutar la vida. Dividir las tristezas, multiplicar las alegrías ¿Será mucho pedir? Ser amigo, ser y estar, que es una responsabilidad, aunque muchos piensen lo contrario ¿Será mucho pedir?
Vos sabrás que soy transparente y sincera, lo cual es mi mayor virtud y a veces mi mayor defecto, también. Me muestro tal cual soy porque cuando te encontras a vos mismo ya no tenes nada que ocultar, ni que perder. Por eso a veces no entiendo porque les cuesta tanto entenderme, si soy esto, soy lo que ven, no hay demasiado más que esta sencilla complejidad de niña disfrazada de mujer, que soy. Las cosas son sencillas cuando uno no tiene privacidad en algún punto, porque la gente te conoce tal cual sos y entonces, realmente ahí podes saber quien te quiere y te elije de verdad. Tal vez eso, asuste a algunas personas que no saben como reaccionar cuando el otro se desnuda desde el Alma, y huyen. No saben como soportar “tanta realidad”. Corren ante el dolor ajeno, los distancia el pedido de comprensión y los abruma la tristeza que el otro puede estar sufriendo. Siento, muchisimas veces, que esto sucede en los demás. Y si fuera así, no lo juzgo, pero me gustaría que sean sinceros conmigo como yo lo soy con ustedes, y me lo transmitan, para poder comprenderlos mejor. Porque soy capaz de soportar cualquier cosa, siempre que sea con sinceridad y de buena fe, lo saben quienes me conocen.
Vos sabrás que a veces me canso de ser quien escucha, quien tolera, quien perdona y quien es apoyo, aun cuando me estoy desarmando por dentro, siempre pienso en el otro. Fuera del lugar de victima, con el que tantas veces me he identificado y en el que otras tantas me han etiquetado, intento seguir siendo quien soy y solo necesito un mínimo apoyo emocional, que tantas veces no encuentro. Y entonces, escribo, escribo para desahogarme, escribo para poder significar lo que no tiene nombre, escribo para poder nombrar en alguna parte de este universo lo que a veces no puedo nombrar con mi voz. Escribo y me doy cuenta, en el acto mismo, que termino dentro del mismo círculo que confluye en esta especie de pedido de “ayuda” si así se puede llamar, lo cual me parece bastante miserable, si se quiere. El punto, es que en algún punto, escribir me hace bien y eso es lo que termina inscribiendo algo en la realidad objetiva, en medio de tanta búsqueda subjetiva.
Lo que piensen los demás, en este momento de mi vida no me toma por sorpresa. Yo se bien quien soy y los que realmente me conocen, o quieren hacerlo, sin anteponer etiquetas y prejuzgarme, saben quien soy.
Por que finalmente, vos sabrás, que no quiero volver atrás, que no quiero pensar como pensaba. Que aquella Nadia, esta sepultada porque ha renacido otra que es la que quiero que viva el resto de mis días junto a mi, y junto a toda la gente que es parte mi vida.
Vos sabrás…
…que no quiero deconstruir este camino que tantos años me ha llevado.
…que no quiero escuchar esa voz que me grita que nada tiene sentido y que estoy finalmente, sola. Casi como un destino ineludible e insoportable que me obliga a aceptarlo. Sola.
Me niego a aceptarlo, a verlo con ese prisma, desde ese ángulo. Me niego, porque sé que hay otras enseñanzas detrás de tanta soledad y si bien son gloriosas, también son terriblemente dolorosas.
Parece ser que la dicotomía, además de ser humana es también, divina.




Vos te preguntaras porque hay gente que se vuelve loca.
Yo me preguntaria como hay gente que no lo hace.





N.P.S
14/08/09

10 de agosto de 2009

Restituir la memoria






Golpe de estado, mentes siniestras, genocidas al poder.
Un plan macabro de exterminio de pares que solo puede ser llevado a cabo por bestias incoherentes e ignorantes de la existencia misma.
Ford falcon, campos de concentración, torturas y un sin fin de crímenes inescrupulosos. Y un lugar llamado ESMA, que nos resuena a todos en algún lugar común, donde es inevitable sentir piel de gallina al escuchar ese nombre o caminar por esa cuadra.
Identidades robadas, historias interrumpidas, subjetividades quebradas, corazones marcados por la tinta indeleble de la impunidad.
Lo innombrable, lo que no tiene inscripción, lo insustituible, lo irrecuperable.
¿Con que derecho fueron capaces de cometer semejantes atrocidades?
¿Cómo pueden dormir tranquilos? ¿Como pueden comenzar cada día?
Un crimen de tales magnitudes produce una herida social imborrable, que cobra efectividad al mantener viva la memoria para accionar contra lo injusto, para que aquello que es una huella indisoluble de nuestro país, no suceda, nunca más.
Porque es necesario luchar por todos y cada uno de ellos y sobre todo por lo que aun podemos salvar: los hijos de los desaparecidos, los nietos de las abuelas.
De aquellas abuelas a quienes les han arrancado su sangre, sus sueños.
De aquellas señoras que hoy llevan un pañuelo blanco y que cada vez que me dicen “hija” amorosamente, me tiembla la sangre.
Por aquellas personas que no pudieron elegir, que no pudieron siquiera susurrar, que fueron obligadas a la oscuridad total del ser.
Por los desaparecidos que permanecen presentes en esa delgada línea, entre la vida y la muerte. En la incertidumbre de una sepultura inexistente, en el abrazo vacío de madres, padres, hijos y nietos que no encuentran consuelo.
Porque a nosotros aun nos queda voz para gritar que el silencio nunca fue salud.
Porque a nosotros aun nos quedan manos para crear y brazos para abrazar.
Porque a nosotros aun nos quedan piernas para buscar, para no dejar de caminar.
Porque a nosotros aun nos queda conciencia, compasión y una sensación de injusticia en el pecho que no deberíamos ignorar, nunca.
Porque nosotros podemos aparecer, ser presentes y reencontrarnos desde el dolor de una sociedad masacrada por quienes se creyeron impunes, en nombre de todos aquellos que fueron reprimidos por sus oscuras fauces.
Por que no hay que dar la espalda, porque no hay que permanecer ajenos a algo que nos involucra desde todos los ángulos, porque debemos hacer valer nuestros derechos.
Por las vidas apagadas en manos de los genocidas, por los bebes arrancados del vientre de sus madres, por todo lo que pudieron haber sido y no fueron.
Por sus sueños, por tu aporte, por su lucha, por su memoria es que debemos remendar la memoria con el aplauso que restituye Almas.
Apostar a la vida y develar la verdad, siempre. Contener, ayudar, debelar.
Permanecer.
Por que nunca desaparecerán los desaparecidos.
Porque no sirve el “ya paso”, y la cómoda posición de que no pudieron hacer nada o que ustedes no tenían nada que ver. Porque siempre se puede hacer algo, porque la lucha nunca se termina y porque hay heridas que no dejan de cicatrizar, jamás.
Porque quienes son culpables padecen la mirada de una sociedad y un mundo, que no puede comprender razones y exige justicia. Porque seguramente ellos no puedan sostener su propia mirada, porque son ellos ahora los desaparecidos sociales a los que nadie busca y a los que algunos, desearían encontrar para hacerlos desaparecer.
Por que lo aberrante nunca tiene sentido, porque el amor siempre prevalece y porque seguimos de pie los “subversivos” luchando por lo que corresponde.
Porque al fin y al cabo ustedes fueron los únicos que terminaron perdieron su identidad por completo, porque que ya no tienen Alma, ni olvido, ni perdón, ni historia en la cual poder implantarse socialmente. Por que no hay espejo que soporte su figura, porque no hay cielo ni infierno que los espere algún día, porque no hay lugar para gente como ustedes en esta sociedad que mancharon para siempre.




…porque podrán haber cortado treinta mil flores, pero nunca podrán detener la primavera. Aún caminan contigo, aún caminan conmigo,los que nunca se fueron, los que nunca se han ido.Hasta el fin de los tiempos, los desaparecidos,los compañeros nuestros, nuestros seres queridos.
Teresa Parodi *




N.P.S
10/08/09

31 de julio de 2009

La presente eternidad

…una luz me elevo, el calor mi invadió, el pulso se acelero y una sensación de paz interior invadió cada célula de mi ser. Ya no sentí el peso del cuerpo, ni del mundo, sobre mí. Flotaba en una nube de luz multicolor que me transporto hasta allí, un lugar difícil de describir. Había llegado al cielo, por nombrarlo de alguna manera. Ahí estaba, en ese lugar donde todas las Almas regresan. Ni cielo, ni infierno, un lugar unánime para todos los seres.
Ni San Pedro, ni Dios, ni Satán. Muchas Almas, igualdad ante todo y un recibimiento emotivo.
Comencé a caminar en aquel antiquísimo lugar. A la sombra de un árbol estaba Mario, escribiendo. Me emocione al verlo y corrí tímidamente, lo abrase y sentí la eternidad en sus letras. Don Mario, le dije, al fin puedo abrazarlo y felicitarlo. El me miro, simplemente me miro y eso valió, más que mil palabras. Me regalo un poema, inédito, que nunca podré revelar. Y me dijo que no me salve, ni ahora, ni nunca, y yo sonreí cómplice. Después de todo él siempre tuvo razón, el secreto era mirar hacia arriba.
Proseguí ansiosa mi camino, el lugar estaba superpoblado de gente. Me cruce a Michael Jackson quien enseñaba a bailar a los más pequeños, que lo miraban anonadados. Un hombre alto de cabellos coloridos, me sonrió con su mirada, e hizo mover mis pies con su alegría cordobesa, los Ángeles tocan cuarteto no quieren tocar el arpa. Me emociono su presencia, y su energía es tal cual siempre imagine. Le mostré mi paloma, su paloma, lo invisible. Nos abrazamos, muy intensamente y no hizo falta decir más nada. Rodrigo, tal cual siempre lo había sentido en mí.
Estaba muy expectante y decidí seguir mi camino, había mucho por conocer y no sabia cuanto tiempo me quedaba.
Ni siquiera sabia como había llegado allí, pero ahí estaba y había que aprovecharlo.
Encontré una biblioteca gigante y decidí entrar ¡Como no! Miles de millones de libros, el olor a madera característico, mezclado con humo de pipa y otras yerbas. Tantos personajes juntos me dejaron paralizada, no sabia que decir, a quien abrazar primero, a quien elogiar después. Los pasillos parecían infinitos y en una gran mesa estaban Alfonsina, Alejandra, Olga, Julio y otros más. Debatían acerca de literatura y yo los observaba con muchisimo respeto desde la otra punta. ¿Qué decirles? Los tenia ahí y no podía creer lo que mis ojos veían. Tantos años leyéndolos, conociéndolos, identificándome y ahora su presencia me dejaba muda. La penetrante mirada de Alejandra, las arrugas de Olgita, el aroma a mar de Alfonsina y los poemas nuevos que fue a buscar, y por fin encontró. Me acerque en puntitas de pie, todos me sonrieron amablemente, invitándome a ser parte. Entonces, tome asiento. Me sentí muy cómoda y pase quien sabe cuantas horas o días, en aquella biblioteca celestial. Allí todos los grandes escritores de la historia de la humanidad permanecían eternos e intactos. Un verdadero paraíso para los amantes de las letras, como yo. Alfonsina me regalo de puño y letra, mi poema preferido de ella y cuando me lo obsequio ambas dijimos a la vez: empatia, y sonreímos. Es increíble la sincronicidad de las mentes humanas.
Pero un buen día sentí que tenía que seguir mi camino, entonces me despedí de ellos, y solo fue un pequeño adios en este paréntesis de eternidad que es la vida. El clima era templado y las horas no parecían pasar, el tiempo y el espacio definitivamente son creaciones terrenales. De repente, una mano tomo mi hombro…y casi sin saberlo, ya pude percibir su energía. “Bienvenida pisciana” me dijo Kurt y ya no pude contener el llanto. Tiro su guitarra y un intenso abrazo nos acurruco por varios minutos. Sentí que el corazón se me iba a salir del cuerpo, no podía creer su belleza, su energía, su hermosa sonrisa. Era él…años soñando con conocerlo, años leyendo sus biografías, escuchando su música, añorando este momento. Me llevo a un viejo bar, y ahí pasamos horas conversando y hasta incluso me canto en vivo y a capela, something in the way. Deseo concebido, pisciano hipersensible, un Alma noble que irradia compasión y amor. Seguramente Kurt, ya llego al Nirvana. Nos despedimos cuando él me dejo en la puerta de un campo poblado de flores y pájaros, porque sabia que yo tenia que conocerlos. Comencé a caminar por aquel interminable campo verde, de fondo una maravillosa orquesta ambientaba el espacio. Allí estaban, Mozart, Bach, Beethoven, Chopen…la piel de gallina no tardo en aparecer. Y de pronto, los vi o más bien, los percibí. Alrededor de una gran cascada estaban ellos. La Madre Teresa, Mahatma Gandhi, Albert Einstein y un sin fin de seres volátiles, de Maestros que nunca en mi vida creí poder conocer. No sabía que hacer, que decir.
Pero no hizo falta decir demasiado, porque con solo mirarnos yo podía escuchar sus pensamientos en mi mente y viceversa, y así nos comunicamos. Una inmensa sensación de paz y eternidad invadió mi Alma y en parte, pude comprender muchos misterios que la vida nunca supo responder. Bese las manos de la Madre Teresa, mientras Gandhi me obsequio unas bellas túnicas blancas, luego de pronunciar unas palabras en un idioma que desconozco, pero comprendo. Y entonces supe que era tiempo de seguir. Agradecí y marche. Aun a lo lejos podía observar el halo de luz blanca que envolvía a todo ese grupo de seres espirituales. Volví al lugar donde había visto a Kurt por última vez, pero él ya no estaba allí. Camine hasta que encontré una plaza de incontables hectáreas. Poblada de fuentes, flora y fauna el lugar era mágico, definitivamente no pertenecía a este mundo. Y enseguida entendí que ese era el lugar donde toda la gente mayor, entre ellos abuelos y abuelas, pasaban sus días. Había músicos, miles de mesas con señoras jugando a la canasta, al buraco y miles de otras con señores jugando a las cartas. Tejo, bochas, pintura, tejido y un sin fin de actividades. Se respiraba allí juventud y sabiduría. En una mesa estaba él, mi nono jugando a las cartas con Nino, su cuñado. Hablaban en italiano y compartían una gran picada. En otra mesa, estaba mi abuelo escribiendo, rodeado de literatos anónimos y cuando nos miramos, pude comprender muchas cosas. Salude también a mis tías, Pina, Graciela, la tía Blanca y su pureza, la tía Ema, Dorita y su gran humor, y el tío Rubén escribiendo de las suyas. Y así, comencé a encontrar abuelos de amigos y amigas que mandaban saludos, parejas de ancianos que son un ejemplo y un sin fin de anécdotas incontables. Y descubrí algunos animales propios y ajenos en aquella plaza eterna. Ciro y Uru ronroneaban al unísono, Carlita, Daisi, Oz, Nala, Crazy, el Napo y Malena jugaban entre ellos como una gran jauría fraternal. Me fui con el corazón rebalsado de amor.
Perdí la noción del tiempo y cuando levante la vista estaba en la puerta de una galería repleta de bares, una conocida música sonaba a lo lejos, entonces decidí acercarme. Y si, eran ellos. Un escalofrió recorrió mi cuerpo al verlos y oírlos, y después de un largo rato pude sentarme. John y George daban un concierto y lo demás, es imposible de explicar con palabras. Solo puedo decir que todo lo que siempre escuche sobre ellos, es cierto e incluso se queda corto. La dulzura de John me enamoro por completo, su mirada sincera, su sensibilidad a flor de piel…y la sabiduría de George que enseñaba sin palabras. Un show, inolvidable.
Salí de aquel bar, prácticamente, flotando y tarareando cada canción hasta que la bocina de un auto me sorprendió. “Subí” gritó. Cuando me asome, ahí estaba él, tal cual lo recuerdo. Luis, el mejor amigo de mi padre, el padre de mi prima. “No puedo creer lo grande que estas” me dijo y yo ya tenía los ojos llenos de lágrimas. Me llevo a recorrer algunas cuadras de eternidad, era imposible conocerlo todo. Charlamos durante horas, de la vida allá y de la vida acá. Nos reímos, lloramos, recordamos, mientras compartíamos café, el fumaba entusiasmado y me escuchaba atentamente. “Bájate acá, hacele caso al pisciano” me dijo. “Sentate en el fogón y escucha a quien habla, tiene grandes historias para contar yo sé que te va a gustar”. Y entonces, me baje después de despedirnos con un calido abrazo. Un fogón gigante, muchísimas personas alrededor y un hombre de barba y boina, simpático y amplio, reia enseñando. ¡Ernesto Che Guevara! Si, era él. Habano en mano y una presencia única. Me senté a escucharlo con los ojos brillosos, hasta quedarme dormida con el vaivén de sus palabras y el calor del fogón. Cuando desperté, ya no había nadie. Apenas algunas brazas y su energía que aun permanecía en el aire. Me resulto raro, pero todo era extraño en este lugar. Todavía entredormida, comencé a caminar dirigiéndome sin rumbo preciso. Llegue a un teatro, parecía vacío, pero algo me impulso a entrar. Grandes telones violetas bordados con estrellas y unas escaleras inmensas conducian al inmenso escenario. A medida que iba bajando, mi alegría iba creciendo. Se escuchaban carcajadas, una música muy alegre, un vozarrón viril y una vocecita aguda.
Eran ellos. Inconfundibles.
Angita y Fernando estaban ahí, solos en la eternidad de las tablas. Ella tenía la nariz de mandarina, tules multicolores y su risa característica inundaba el ambiente de felicidad. Fernando estaba ridículo y hermoso, como siempre. Medias de red, pollera escocesa y un saco de pana negro. Aun no habían notado mi presencia…y yo ya no podía contener las lágrimas de alegría y la ansiedad de abrazarlos por toda la eternidad. Se escuchaban miles de voces arriba de aquel paraíso, pero eran solo ellos dos. Parecían miles de Almas, de pieces, de manos, de corazones, pero eran solo ellos dos. Nobles y amplios, Ángeles y guerreros. Cuando estaba a unos metros percibieron mi presencia. “¡¡¡Men, nos viniste a visitar!!!” Grito Angie. “Te estábamos esperando” acoto Fernando con su sabia mirada y su gruesa vos. Apenas subí al escenario Milagritos Lopez me dijo “Si piensas bonito sucede bonito…tu sabes, niña” y todos reímos a mandíbula batiente. Había algunas personas en las butacas, Juan Castro, Jorge Guinzburg, Adolfo Castelo, Pablo Ronco, los padres de Fernando y su adorada abuela, todos los abuelos de Angie y algunos valientes más que se animaron a ir a verlos.
Finalmente, los tres nos fundimos en una esencia invisible e indivisible que nos ha unido tal vez,
por varias veces o por toda la eternidad misma. Siempre lo supe y ahora lo sé.
Note que el telón comenzó a bajarse y las últimas palabras de Fernando fueron las mismas que alguna vez supo decirme en aquel teatro: Si comprendes, totalmente comprendes. Y entonces, respire profundo.
“Siempre estoy con vos, siamesa. Se fuerte, sé que vos podes.” Me dijo Angita con su suave vocecita.


Pero la función termino y en medio de tanta felicidad un sobresalto inesperado me condujo nuevamente a la vida terrenal, en este envase que me toca habitar, con este vestido de mujer que algunos conocen como Nadia.
Desperté entonces en la soledad de mi cuarto, con el corazón repleto de huellas, de mensajes, de enseñanzas. Con los ojos salados y el Alma luminosa. Y acá estoy, escribiéndole al mundo para que alguna vez el mundo, me escriba, si es eso posible.
He vuelto y aun no se, si todo ha sido un sueño, un viaje que Dios me ha regalado o simplemente la fantasiosa creación de una niña que se cree escritora.
Lo que importa es que estamos acá: vivos y que la vida es hoy. Y que tenemos que tomar real conciencia de vivir el presente y el momento oportuno, porque el tiempo no vuelve hacia atrás, porque el tiempo no existe y porque somos seres espirituales viviendo una experiencia humana, no cabe duda de eso, estoy cada segundo más convencida. Lo que aun es una gran duda en esta existencia es si soy este ser humano escribiendo sobre aquella vida espiritual o ese ser espiritual escribiendo sobre esta vida humana.

La realidad es una ilusión y la vida es un sueño.
Hazlo realidad, me susurra la Madre Teresa.

N.P.S
31/07/09

25 de julio de 2009

Con la voz, con la pluma y con el Alma

Nuevos viejos compañeros

Un espíritu inquieto y una beta artística intrínseca me llevo a abrir nuevas puertas este año. Programa cultural en barrios del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Hace años venia dando vuelta en mi cabeza esta idea que por fin, logre animarme a probar. Centro cultural Lino Spilimbergo y muchas Almas nobles y sabias en un encuentro casi karmatico. Siempre todo ocurre, cuando tiene que ocurrir. La natural y mágica sincronía.
Cuando mis viejos amigos tambalean, o la vida se encarga de ausentar a otros, los nuevos tejen la red.
Canto comunitario, la voz de un pueblo en movimiento, me dijo Miguel una vez. Al unísono fusionamos nuestras penas y nuestras alegrías, desde los pulmones, hacia el mundo. Taller literario, un conjunto de literatos anónimos que plasman su interior a través de la pluma, compartiendo experiencias y encuentros (Y desencuentros, también). La voz, la escritura, trasladar lo interno en lo externo, y absorber lo externo para elaborar lo interno, un movimiento similar que evoca lo mismo y confluye en la universalidad que siempre nos salva: El Arte.
Nuevos amigos, antiguos compañeros, penas compartidas, alegrías conjuntas y miradas que comprenden.
Brechas generacionales, sexos, religiones, profesiones, estilos, formas, personas y personajes. Vegetarianos, carnivoros, argentinos y extranjeros. Distintas voces, distintos estilos de escritura, todos seres humanos.
Esta es una experiencia que a uno le enseña a aceptar, a conocer realmente al otro y a respetar lo ajeno aunque sea completamente diferente a lo que somos. Y por otro lado, te muestra una diversidad y un abanico de seres tan amplio, que uno siente descubrir otros mundos que aun, desconocemos. Una retroalimentación constante atravesada por el Arte que es lo que al fin y al cabo, nos une en estos espacios.
Es una experiencia hermosa la que estoy viviendo este año a través del Arte y de la posibilidad de ser, en grupo.
Muchos lazos se han entretejido. Desde compañeros hasta amigos, desde confidentes a pares. Y lo que más me resuena, en el buen sentido, es que este nuevo linaje de amigos tienen casi todos entre 40 y 80 pico de años. Y muy al contrario de lo que muchos piensan, me siento realmente muy cómoda y en sintonía con gente mayor que yo.
Adoro a las señoras mayores, con canas y bastones que poseen una chispa de juventud en la mirada que ya han perdido muchos de mi edad. Sus canas y arrugas implican para mi, sabiduría. Sus bastones me enseñan, que aunque les cueste caminar, son tenaces y valientes y ahí están, escribiendo, cantando y compartiendo con una amabilidad y nobleza maravillosa la vida. Elizabeth y sus brillantes ochenta años, siempre con su frescura intacta nos magnetiza con sus relatos y nos desarma con su dulzura. Canta, aunque le raspe la garganta, escribe aunque no entiende su propia letra y sube hasta el primer piso de taller literario acompañada de su bastón. Comparte y escucha, eternizando así su esencia y enseñanza. Ingeniera agrónoma a los veintiún años, madre, abuela, visabuela, un ejemplo de buena voluntad y de que siempre, se puede. Elsa, con sus setenta y cinco años, un personaje maravilloso. Ella no se parece a mamá Cora, más bien Gasalla le robo el papel. Una mujer que vale la pena conocer y escuchar, para reirse hasta que te duela la panza y sobre todo, para aprender si logras escuchar y ver, más allá. Clara y acida, con una alegría melancolica que dan ganas de abrazar. Maria Teresa, compañera de ambos talleres, una señora también mayor con mucha fuerza interna. Ellas aun toman el teléfono para agradecerte o preguntarte la dirección de un encuentro, no tienen mensajito de texto, ni mail y eso las hace aun, mas adorables y humanas.
Luis con sus sesenta y cuatro al trote, sus bellisimas palabras que sangran y acarician en las madrugadas o en las noches del pasaje Chajari. De una amabilidad y cortesía digna de un caballero como creo, quedan pocos. Ana y Silvia, dos mujeres luchadoras, sensibles y concientes. De esas personas que apenas las conoces empezas a querer, porque hubo algo invisible que vibro en nosotras a la par y una energía armoniosa creo puentes y flores. Roberto un filosofo silencioso, que como yo, habla escribiendo y calla observando. Trotamundos y buscador, es un espejo de mi interior. Eugenio, el profe, quien es parte del grupo sin pedestales ni soberbias. Quien es uno más entre nosotros, quien enseña y aprende, quien lee y escucha. De una sensibilidad, a veces oculta, lo delata un buen corazón.
Y otros compañeros que acompañan nuestra marcha y con los que aun me siento más “distante” para poder escribir sobre sus personas, son también parte del todo. Intelectuales literatos, o simples mortales intentando eternizar nuestro interior en hojas rebalsadas de tinta y sentimientos, alejando la muerte. Compañeros de plumas, con quien puedo compartir lo que ame toda mi vida, la escritura. Aprendo mucho de ustedes, aunque a veces piensen que soy una nena como dicen, que me aburro o que no me interesa lo que opinan o leen. Todo lo contrario, todos y cada uno de ustedes son un ejemplo para mi, en todo sentido. Me aportan muchisimo de lo que a veces busco y no encuentro. Incluso, empatizo más con sus ideas que con las de muchísima gente de mi edad con la que he tenido largos debates por que el celular reemplaza el abrazo y la mirada, y a mi eso me duele y me indigna, cuando para otros es normal. O por que muchos de mi generación, compraron el discurso capitalista y están inmersos en un sistema innecesario y ridículo, pero al cual sin embargo, siguen eligiendo pertenecer. Por eso elijo tal vez, pasar un viernes a la noche con todos ustedes y me entusiasma mas, que salir con gente de mi edad con la cual a veces me siento desintonizada.
Eso, solo una síntesis de este taller literario y también culinario (¡Ya sabrán solo para entendidos!).
Y por otro lado, canto comunitario el cual también comparto con Ana Maria, Elizabeth y Maria Teresa, esperando que Silvia se anime a sumar su bella voz y sobre todo, su interior que es lo que más se escucha. En este grupo conocí muchisimas personas, algunas perduran, otras se han ido, pero todas quedan. Una sensibilidad especial se respira en el aire de aquella aula de planta baja, con piano incluido. Tengo el agrado de compartir este espacio con antiguas compañeras de vida, Sari y Pauli lo cual es gratificante para mí. Y he conocido grandes personas. Pau, una artesana con un corazón tejido con la tela de la alegría y los hilos de la tristeza. Cuarenta y tres años que parecen veinte, una compañera guerrera de la luz con la cual no paramos de unir puentes, lazos y “coincidencias” que no son tales, porque ambas creemos en la causalidad. Nos separan cuadras y nos unen puentes invisibles, un placer haberla conocido y brindo con un rico mate por que esta amistad siga creciendo. Canto comunitario, es realmente una comunidad. Las parejas que cantan a la par, los chistes internos, los códigos, los miércoles vocales, el mate, la inocencia de Clarita, los cumpleaños, los mandatos de Susana, la sensibilidad de algunos, la voz de todos. La comunión del canto de nuestros sentimientos más profundos. Y al frente, o mejor dicho sentado a nuestra par, él. Miguel, el profe o el Maestro, como le dicen algunas señoras. Aun no pisa las seis decadas y posee un espíritu jovial y divertido, compañero y luchador. ¿Cómo describir a Miguel Angel en pocos renglones? Es inabarcable. Una sonrisa luminosa, una paciencia de cristal y un profesor realmente de vocación. El que dice “che…” antes de hablar, el que nos enseña y con el cual nos divertimos siempre, el que nos escucha cantar y ser, un hombre sabio desde su mirada hasta las notas musicales que vibran en su Alma. Noble y sensible, creo yo un hippie de canas de colores. Con el cual también hemos tenido tantas coincidencias como extrañas o místicas igualdades, que son de aquellas personas que siento, tenia que cruzarme en mi camino por mulitples razones que valen la pena.
Y lo mas lindo es que como todos somos del barrio, pocas cuadras o minutos nos separan físicamente unos de otros. Por eso, y por otras razones, es más fácil levantar el teléfono y decir: ¿Tomamos unos mates? Eso es bello.
Gracias por el respeto, gracias por la atención, por la compañía, por la fuerza cuando más la necesite este año y gracias sobre todo por dejarme compartir sus mundos y ser parte del mío, de alguna u otra manera.


Ni el amor, ni los encuentros verdaderos, ni siquiera los profundos desencuentros, son obra de las casualidades, sino que están misteriosamente reservados ¡Cuantas veces en la vida me ha sorprendido como, entre las multitudes de personas que existen en el mundo, nos cruzamos con aquellas que, de alguna manera, poseían las tablas de nuestro destino, como si viéramos pertenecido a una misma organizaron secreta, o a los capítulos de un mismo libro! Nunca supe si se los reconoce porque ya se los buscaba, o se los busca porque ya bordearon los aledaños de nuestro destino.
(Ernesto Sabato, La resistencia)


N.P.S
25/07/09

20 de julio de 2009

Amigarte

A mis amigos…

Gracias a los que militan por la vida, a los guerreros de la luz, a aquellos que no creen que otro mundo es posible, sino que lo saben con una certeza extraordinaria y trabajan a diario por ello.
Gracias a los que pintan mi mundo de colores, cuando todos se han extinguido y solo sobre negro en la paleta del Alma. Y gracias también a los que intensifican esa oscuridad, porque el desafió entonces es más grande y es ahí donde mi fortaleza pide revancha y apuesta. Ustedes también, me ayudan a crecer.
Gracias a los que me abrigan el Alma, cuando adentro llueve y hace frio.
Gracias a los que se quedan tomando mates lavados, porque comprenden que lo que importa es compartir y fluir juntos en este paréntesis de eternidad.
Gracias por los silencios que ensordecen, por los espacios abiertos, por la sinceridad humana.
Gracias a los que me comprenden sin juzgarme y sobre todo gracias, a aquellos que lo intentan. Gracias por escucharme, sin oírme, gracias por mirarme, sin verme.
¡Gracias por tener la paciencia de seguir mi ciclotimia, mi bipolaridad y mis manías! Y no enloquecer en el intento.
Gracias de verdad, a todos los que en cambio de prejuzgarme, prefieren escucharme primero, lo cual tiene para mí un valor incalculable.
Gracias a los que tienen valores morales y éticos inquebrantables, a los que no les tiembla el pulso, a los que dan la cara y son responsables, porque se hacen cargo de ellos mismos.
Gracias a los que aceptan mi perdón y también a los que piden perdón. Eso habla de su nobleza humana.
Gracias a los incondicionales, los que no tienen horarios, ni peros y un corazón grande como el Universo.
Y también, gracias a los condicionales, gracias a ustedes soy cada día más fuerte y aprendo lo que es el desapego y el karma de la dependencia. A veces ustedes, son tan necesarios, como los otros.
Gracias a los que abren puertas, manos y Almas. Y también, gracias a los que me dan la espalda, cierran los puños y esquivan la mirada. Gracias a eso, mi soledad es luminosa y el desafío del desapego, más real.
Gracias a los que me brindan abrazos profundos y contenedores, miradas firmes y manos compañeras.
En estos últimos tiempos las enseñanzas de la vida me han llevado a poner a prueba tanto la lealtad de mis prójimos, como la propia. Hemos fallado y nos hemos levantado. Nos hemos alejado y nos hemos vuelto a unir, más de una vez. Eso es la vida, bienvenidas y despedidas en un espiral eterno de luz y oscuridad. Pero acá estoy, acá estamos, experimentando como seres espirituales esta aventura humana que es la vida y que vale la pena vivir, solos y acompañados, con amigos y con compañeros, con uno mismo y con el mundo, todo.
Gracias a los facultativos, a los de primaria, secundaria, a los compañeros de Arte, a los profesores, a los que herede, a los compañeros cósmicos, a toda esta cadena de seres humanos interligados que son mis buenos amigos.
Gracias a los viejos, a los nuevos, a los que duran vidas, años u horas.
Gracias a los de papel, a los de fierro y a los de cristal.
Gracias a los de canas y bastón, a los de chupete y olor a rosas, a los de mi generación e incluso, a los que vendrán.
Y sobre todo GRACIAS a aquellos que me conocen en profundidad y a pesar de eso, caminan a mi lado hace años, entre tormentas, soles y acantilados. Pequeñas gotas, hacen un Mar.
GRACIAS por aceptar todo lo que soy, mi integra existencia como ser humano, con mis virtudes, complejidades y limitaciones.

Y por ultimo, gracias a vos eterna compañera de locura, que aun me sigues enseñando y acompañando en cada nuevo paso de esta existencia. Gracias por ser mi siamesa, por conocerme mejor que nadie, por tu legado, por tu sonrisa eterna, por el brillo de tus ojos y ahora, de tu bellisima Alma.
Gracias por haberme amado de esa forma incondicional y sin razones, con la que solo dos locas como nosotras pueden amarse. Por la amistad que trasciende vidas, por lo que perpetua en el tiempo, por nuestra eternidad.
Por la vulgar frase “Juntas por siempre” que ahora toma otro sentido, cuando realmente sentís que ni siquiera la transición que implica la muerte, puede separar lo indivisible.
¡Que vuele alto este abrazo cósmico para vos amiga mía, Alma nuestra!

Brindo por la conexión ineludible e insivible que une Almas y crea puentes. Brindo por la amistad, por el compañerismo, por la aceptación, por los mates lavados, las bolsas de caramelos y las miradas compañeras.
¡Salud amigos! ¡Salud compañeros!

N.P.S

20 de julio de 2009