Llorar el nacimiento de una vida que surge
Llorar por los candados que nos asfixian
Llorar multicolor
Llorar por lo irreversible
Llorar por la bendición de estar vivo
Llorar por lo injusto que a veces nos resulta todo
Llorar por la conmoción de la existencia
Llorar cuando te desborda el Amor
Llorar de ternura absoluta
Llorar de impotencia, con los puños cerrados
Llorar porque la muerte no pide perdón
Llorar contemplando la inocencia
Llorar escuchando el silencio de un anciano
Llorar por los amores inconclusos
Llorar para sublimar tanta alegría
Llorar de lucidez y asombro
Llorar por que siempre hay alguien
Llorar felizmente
Llorar en la oscuridad
Llorar por incomprensión
Llorar por la oportunidad perdida
Llorar ridículamente
Llorar mirando a los ojos a quien amamos
Llorar frente al espejo, llorar con uno mismo
Llorar en silencio
Llorar por que la vida es hoy
Llorar con todo el cuerpo
Llorar en blanco y negro
Llorar en cámara lenta
Llorar cuando se cierra el telón
Llorar maniacamente
Llorar contra la almohada
Llorar cuando no hay nadie
Llorar por que siempre hay razones para tener razón
Llorar cuando brota el arco iris, ese instante fugaz
Llorar descubriendo la cara oscura de la luna
Llorar al sostener una mano
Llorar por lo que se fue y ya no retornara
Llorar en esos abrazos que te parten los huesos
Llorar por lo que esta aconteciendo
Llorar de insomnio
Llorar por puro apasionamiento
Llorar lágrimas indelebles
Llorar con los puños sobre una hoja
Llorar revolucionariamente
Llorar desde el Alma, sin apretar la garganta, soltando los puños, entregándonos al llanto.
Es remediablemente injusto, es decir: siempre necesario.
Llorar a lágrima viva, diría mi buen amigo Oliverio.
N.P.S
27/10/10
1 comentario:
Llorar cuando te leo
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