Abrirse
al dolor, para que entre y tal vez por ese mismo espacio pueda drenar.
Dejarlo
pasar y que no se convierta en sufrimiento, para que este no se transforme en
rencor, ni en resentimiento porque finalmente cuando adentro todo se mezcla y
se cronifica se hace duro, se vuelve odio, espeso y oscuro.
Ese
odio enferma, contamina y paraliza a quien lo siente.
Por eso quiero abrir para que entre y salga, para que circule, todo lo necesario y se equilibren las energías y emociones.
Por eso quiero abrir para que entre y salga, para que circule, todo lo necesario y se equilibren las energías y emociones.
Para
volverá a mi centro, para confiar en la vida y sobre todo en los “otros”.
Para
poder perdonar y perdonarme.
Para
amar desde cada rincón de mi cuerpo y esquina de mi corazón, sin dejar espacio
para todo lo demás.
Que así sea.
N.P.S
29/05/12
No hay comentarios.:
Publicar un comentario