Ayer fui
con mi hijo a un evento llamado “El día
de los chicos” de una empresa de seguros. El eslogan era algo así como “pasa el día en la oficina con papá y mamá”
(¿?). Algunos juegos y juguetes eran didácticos
y sanos pero los juegos más activos, de animación, estaban basados en
competencia y el que “ganaba” se
llevaba plata (de mentira, claro) por lo cual el objetivo era acumular ¿Con que
fin? Intercambiarlos al final por golosinas. Habían instalado un kiosco de
papel repleto de golosinas (azúcar, colorantes, etc.) ¡muy saludable para los
niños, claro! Me paralizo como se desesperaban por ganar y muy fervientes gritaban
“tengo veinte pesos” y corrían
desesperados a adquirir chocolates y pastillas de todo tipo y color.
Luego apareció
un Mago, desde que entro su energía me perturbo. Los trucos eran antiguos, clichés
pero más allá de eso un tanto agresivos para mi gusto y poniendo siempre al
niño en una posición pasiva e inferior. La frutilla del postre fue cuando de
una bolsa negra el Sr. Mago saco una hermosa y “domesticada” paloma blanca. Pero eso no es todo, para finalizar el
show de una especie de bandeja de plata, de esas donde se sirve la comida, apareció
un inocente conejito blanco muy asustado. Todos los niños presentes querían tocarlo,
acariciarlo y se abalanzaban encima…por lo cual iban pasando de a uno, como si
el animal fuera un juguete y no un ser vivo, a tocarlo. Mientras tanto otros
animadores traían bandejas de panchos (ósea, chancho) para alimentar a los
niños, acompañado de chizitos y gaseosas cola ¡Espectacular! Hubiera faltado
que cocinen a la paloma y al conejo de postre y cerrábamos con fuegos
artificiales.
Una niña
de tres años, calculo, le preguntaba insistentemente al Sr. Mago donde estaba
la paloma y él le respondió “se fue, no
esta más, esta volando” pero los niños no son tontos y engañar así a una
criatura no me parece nada noble; ella seguía buscándola levantando las cosas y
preguntando insistentemente mientras el padre la arrastraba del brazo.
¿Qué tipo de diversión les damos a
los niños? ¿Qué enseñanzas cultivamos? ¿Les enseñamos a nutrirse
equilibradamente? ¿Es noble mentir, engañar, generar competencia y acumulación
en seres que están en plena formación? Y
así cientos de preguntas.
Realmente me fui triste, sintiendo una vez más que el mundo esta al revés, que cada niño es el futuro y que educar y alimentar así a los propios hijos, con la inercia de la masa, sin pararse a reflexionar, a pensar, a tener una visión critica y consciente de estos detalles que no son menores me produce impotencia y tristeza, sobre todo. Podrán tildarme de exagerada o hipersensible, como me han tildado toda mi vida. Mirar el mundo con ojos de madre, al menos a mi, me ha vuelto más sensible y consciente aún y considero que es fundamental repensar lo que les ofrecemos a los niños en cada detalle porque de todo eso depende su futuro, y el futuro de la humanidad ¡poca cosa! ¿No?
Realmente me fui triste, sintiendo una vez más que el mundo esta al revés, que cada niño es el futuro y que educar y alimentar así a los propios hijos, con la inercia de la masa, sin pararse a reflexionar, a pensar, a tener una visión critica y consciente de estos detalles que no son menores me produce impotencia y tristeza, sobre todo. Podrán tildarme de exagerada o hipersensible, como me han tildado toda mi vida. Mirar el mundo con ojos de madre, al menos a mi, me ha vuelto más sensible y consciente aún y considero que es fundamental repensar lo que les ofrecemos a los niños en cada detalle porque de todo eso depende su futuro, y el futuro de la humanidad ¡poca cosa! ¿No?
Finalmente,
mientras los niños llenaban su cuerpo de salchichas y golosinas, el Sr. Mago se
fue con una valija en mano y yo me quede pensando donde estarían la paloma y el
conejo. Eso si que realmente es un misterio, solo un muy buen mago es capaz de
compactar dos animales en un portafolio tan pequeño…
N.P.S
28/07/12
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He ahi la paloma blanca... |
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