27 de octubre de 2010

Lloro


Llorar el nacimiento de una vida que surge

Llorar por los candados que nos asfixian

Llorar multicolor

Llorar por lo irreversible

Llorar por la bendición de estar vivo

Llorar por lo injusto que a veces nos resulta todo

Llorar por la conmoción de la existencia

Llorar cuando te desborda el Amor

Llorar de ternura absoluta

Llorar de impotencia, con los puños cerrados

Llorar porque la muerte no pide perdón

Llorar contemplando la inocencia

Llorar escuchando el silencio de un anciano

Llorar por los amores inconclusos

Llorar para sublimar tanta alegría

Llorar de lucidez y asombro

Llorar por que siempre hay alguien

Llorar felizmente

Llorar en la oscuridad

Llorar por incomprensión

Llorar por la oportunidad perdida

Llorar ridículamente

Llorar mirando a los ojos a quien amamos

Llorar frente al espejo, llorar con uno mismo

Llorar en silencio

Llorar por que la vida es hoy

Llorar con todo el cuerpo

Llorar en blanco y negro

Llorar en cámara lenta

Llorar cuando se cierra el telón

Llorar maniacamente

Llorar contra la almohada

Llorar cuando no hay nadie

Llorar por que siempre hay razones para tener razón

Llorar cuando brota el arco iris, ese instante fugaz

Llorar descubriendo la cara oscura de la luna

Llorar al sostener una mano

Llorar por lo que se fue y ya no retornara

Llorar en esos abrazos que te parten los huesos

Llorar por lo que esta aconteciendo

Llorar de insomnio

Llorar por puro apasionamiento

Llorar lágrimas indelebles

Llorar con los puños sobre una hoja

Llorar revolucionariamente

Llorar desde el Alma, sin apretar la garganta, soltando los puños, entregándonos al llanto.

Es remediablemente injusto, es decir: siempre necesario.

Llorar a lágrima viva, diría mi buen amigo Oliverio.

N.P.S

27/10/10