27 de agosto de 2010

Enlunada

Cautelosamente se asoma a saludarme.
Siempre con la misma cara, ese rostro tan familiar.
Su misterio me hipnotiza, ese son femenino.
Ella; tan distante y perfecta.
Y yo, un animal nocturno que ama la noche en todos sus matices.

Faro nocturno que jamás pide permiso; amo su intromisión.
Irrumpe en mi habitación con su anémico reflejo a entorpecerme el corazón.
Testigo de milenios, vidas y muertes, amores imposibles, secretos sin confesar.
Habita en la oscuridad y en la más profunda soledad del espacio infinito.
Titilan a su alrededor pequeñas centinelas que la acompañan en soledad.

Toma fuerza y volumen en la noche ancestral, abre Almas y cierra parpados, ella.
Inmóvil, domina océanos, dueña de las mareas.
Llena, hace perder la razón de los seres humanos.
Después de todo, estamos compuestos de un setenta y cinco porciento de agua.
Esa misma agua que se evapora de noche en la ebullición de los corazones taciturnos.

Intento alcanzarte, inútilmente, deseo tocarte como un amante ilusorio.
Casi palpo el hielo de tus labios.
La inmensidad de tu superficie.
El rítmico latir de mis pasos sobre tu piel.
Quiero dar la vuelta, conocerte completa, descubrir quien sos.
Caminarte.

Pero ya todos duermen…parece que no queda nadie más que nosotras.
Al fin solas, ella y yo.
Cara a cara.

N.P.S
27/08/10

25 de agosto de 2010

Ser en el instante

El silencio tras la palabra emitida impulsivamente.
El grito de dos corazones que se encuentran distantes.
Lo irreversible.
El llanto atragantado en la garganta.
El paso definitivo.
El instante previo al portazo.
El sin retorno.
Los pies estacados.
El momento en que no fuimos sinceros con nosotros mismos.
El segundo en que dejamos de entregarnos.
El miedo que se cuela en cada circunvolución.
Las grietas por donde se filtra el sentido del Universo.
La ultima luz que se apaga.
Las ruedas del avión al despegar.
El cierre roto.
La copa estrellada.
Los labios fríos.
La luna roja.
La mirada cristalizada.
Lo que no vuelve.
Las manos partidas.
La oportunidad desperdiciada.
La ignorancia del disfrute.
El poder del aquí y el ahora.
Fluir con lo que nos convoca; de eso se trata vivir.

N.P.S
25/08/10

01:45 a.m.

20 de agosto de 2010

Habitada

El Alma colmada de Universo.
Correr en dirección contraria.
La majestuosidad de la locura.
Unas elocuentes manos.
Ser salvada por el Arte.
La calidez de la madrugada.
La entereza en el espejo.
Las frías manos de la luna.
El vapor de un té de hierbas.
Unas cuantas formas me habitan…

N.P.S
20/08/10

Sencillez

Deshacerse de los bolsillos; no guardar más nada.
Cerrar todas las puertas; crear un rumbo no establecido.
Darlo todo por perdido; vislumbrar la oportunidad.
Tomar responsabilidades; ser concientemente libre.
Soportar el vacío; comprender la correspondencia.
No aferrarse a nada; aceptar lo fugaz.
Saber que no se sabe; iluminar nuestra ignorancia.
Desear poco; ilusionarse menos.
Expandir el horizonte; ahondar en las raíces.
Desvirtuar la realidad; entregarse a la percepción.
Reflejar lo infinito; permitirse morir.
Sonreír como niños; ser consecuente.
No esperar a nadie; ser feliz con uno mismo.
Observar la luna; suspirar a menudo.
Ser fiel al propio pulso; amar sin condiciones.
Respirar profundo; elegir no elegir nada.
Confiar.
Creer.
Manifestarse.



N.P.S
20/08/10


18 de agosto de 2010

¿Dónde están los pibes?

13:00 hrs. de un miércoles 18 de agosto de 2010.
Estación Retiro.
Encuentro un asiento vació, de esos que viajas al revés, contra la ventanilla.
Me acurruco buscando el sol que hoy esta ausente. Escucho la radio.
En el andén un muchacho que vende pan se pelea con otro que paso caminando. Se pegan un par de trompadas y alguien los separa; se gritan un par de cosas a la distancia.
El que no vende pan, entra y se sienta casi enfrente de mí, mirándome fijo a los ojos.
A las dos o tres estaciones sube un hombre de unos cuarenta y pico de años.
Botella de cerveza en la mano; acompañado de un aspecto de abandonado muy fuerte.
Intenta agarrase como puede del pasamanos y los asientos, trae consigo una bolsa llena de botellas.
Y entonces, comienza a gritar: ¿Dónde están los pibes? ¿Y las minas, donde están las minas? ¡Quiero a las minas! ¡Quiero a los pibes! En un primer momento todos los pasajeros nos quedamos conmocionados. Confieso que no me saque los auriculares, los primeros cinco minutos y si lo hice cuando escuche la palabra MILITARES. Nos mirábamos con el resto de la gente, a veces a los ojos, a veces no. Algunos tenían cara de pánico, otros miraban por la ventanilla como “si nada estuviera pasando” y otros tantos observaban al hombre muy seriamente. Así esta persona comenzó hablando de “los pibes de Malvinas”, del año 1982 para luego desembocar en la dictadura militar, en los desaparecidos y en que “esos hijos de puta tienen que ir a juicio y se están haciendo los boludos”. Cada vez gritaba más fuerte, con más energía, con más indignación y el dolor se filtraba por cada cuerda de su garganta. La noche de los lápices ¿Qué paso ahí? ¿Dónde están los pibes de las noches de los lápices? ¿Y las minas, donde están esas minas? Y los pibes de Avellaneda ¿Dónde están? ¡LOS QUIERO VIVOS! ¡VIVOS LOS QUIERO! Y entonces se quebró, en un llanto insoportable que interpelo, estoy segura, a cada pasajero del último vagón de ese tren que salio en Retiro y yo al menos, ya no sabia donde estaba.
El hombre no dejaba de llorar, de revolear para todos lados la botella, así como su cuerpo desestabilizado, no se si por el dolor o por el alcohol, creo que ambas cosas.
En cada estación subía gente nueva y yo no podía dejar de observar sus reacciones.
Se y nos preguntaba continuamente, durante varias estaciones, donde estaban todas esas personas, esos pibes, esas minas, que él quería vivos. Su presencia era muy fuerte, su aspecto muy confuso pero su dolor…muy claro. No pude dejar de preguntarme que le habrá pasado a este hombre, a quien habrá perdido. Por momentos no sabia si pararme y hablarle, si buscar ayuda, si seguir simplemente mirándolo apoyándolo desde la mirada solamente…pensé que si bien no aparentaba ser un peligro para terceros, si lo era para él mismo en ese estado, tal vez podría caerse al bajarse del tren.
No supe que hacer. Nos miramos con una chica de rulos, medias violetas y cartera de bambula.
Delante de mi asiento, un chico joven lo observaba como dubitativo ¿Hago o no hago algo? Decía su cuerpo. Finalmente el señor, con bolsa y botella en mano, se fue caminando por los vagones…aun se escuchaban sus gritos, hasta que lo perdí de “oído”. Cuando me baje lo busque con la mirada, pero no lo vi, ni lo escuche, ni tampoco se bajo en ninguna estación porque me mantuve atenta.
¿Dónde están los pibes? me retumbo en la cabeza hasta la puerta de mi casa. Se me salía por los poros plasmar esto, una situación fuerte que me hizo reflexionar y me paralizo por momentos.

¿Qué sucede en el mundo? ¿Por qué la gente esta “tan loca”?
¿Dónde esta tu mente ahora?¿Qué haces vos para cambiar “la realidad”?


¿Dónde estará este hombre, ahora? ¿Esta?

N.P.S
18/08/10

7 de agosto de 2010

Pertenezco

Pertenezco al fuego de la vela que me alumbra en este instante.
Pertenezco al aire que me contiene, al que inhalo, al que exhalo y todo el que se encuentra suspendido en el espacio que habito.
Pertenezco a la lluvia, ese milagro que cae del cielo y nos empapa de pureza regando nuestras raíces.
Pertenezco a esta Tierra que me sostiene de pie y a la cual retornaremos todos…ancestral y sabia Pacha.
Pertenezco a la piedra inmóvil, al río manso y a las hojas perennes de otoño, que se amontonan sobre la vereda.
Pertenezco a la espuma del Mar, al silencio de la cumbre, a la templanza de los amaneceres.
Pertenezco a las esquinas de la luna, a cada estrella que aun titila y a cada rayo de sol que alumbra la existencia.
Pertenezco a cada partícula del Universo.
A cada gota del océano.
A cada pupila humana donde me reflejo.
Me diluyo en el aire y me entrego al eco del infinito con el Alma sonriente.
Te pertenezco.

N.P.S
06/08/10



Incesantes

Me habita el silencio del todo inabordable.
Fluye por mis venas la fuerza del océano.
Estoy despierta suspendida en la certeza de lo incierto, donde permanece lo que se diluye, donde lo único inmutable es el cambio.
Tengo ojos pero no veo, tengo boca pero no hablo. Escucho el silencio.
Las sensaciones laten en el centro de mi pecho, me inunda la tranquilidad del estado natural de las cosas.
Me sumerjo en el vació inmaterial del cual esta formado este Universo.
Me empapo de sonrisas, siempre hay festejo en el centro de la luz.
Estallo de amor y ese dulce estallido me fusiona con la esencia y el Alma de cada chispa viviente.
Todo pasa y se transforma. Muta y cambia.
Lo único que permanece es la incesante búsqueda de amor; eso es lo que somos.

N.P.S
03/08/10