3 de octubre de 2012

Nuestro espacio



Desde el primer instante habitaste el espacio de mi cuerpo. 
Con el correr de los soles, comencé a sentirte dentro de mí. 
Nunca voy a olvidar esa increíble sensación, es mágica.
Al principio nadabas produciendo unas burbujas simpáticas que me hacían cosquillas.
Tu presencia era cada vez más fuerte y hasta el vaivén de mi cuerpo se movía al ritmo del latir de tu corazón, estábamos sincronizados.
Ese corazón tan pequeño que ocupo, y ocupa, el espacio más inmenso en mi vida. 
Después de nueve lunas atravesaste todos mis cuerpos y desde entonces ningún espacio volvió a ser el mismo.
Un universo nuevo nos aguardaba a ambos latiendo en silencio (así es como suceden las cosas sagradas)

Mi corazón rebalso de ternura desde el instante en que nuestras miradas se cruzaron por primera vez; porque entendí que ese si era, un para siempre real. 
Todo el espacio fue llenándose de vos, de tu energía, de tu piel, de tus miradas y también de tu inconsolable llanto. 
Los espacios que me habían llevado años construir y reconstruir se volvieron tuyos en una noche.
Esta ya no es más mi habitación de hechicera, mi guarida, ahora es la nuestra. 
Con tu olor a recién nacido, con la sutileza de tu ser, con la suavidad de tus manos, con la bendición de tu existencia. 
Este ya no es mi cuerpo, ahora es todo tuyo; el néctar con el que te alimento, la piel con la que te acurruco, la voz con la que te canto, los brillantes ojos con los cuales te miro con un asombro y una admiración únicos. Mis ojos son tan nuevos como los tuyos. 
Todo es tuyo, lo has invadido todo ¡que maravilla! 

Ya no es más mi vida, ahora es la nuestra; y para mí siempre la tuya la que tiene prioridad.
Es esta la comunión más profunda que un ser humano puede vivenciar. 
Los espacios se expandieron, en todas las direcciones y frecuencias posibles.
El verdadero amor incondicional abre
no solo el canal de parto para dar paso a la vida, sino 
el corazón
las alas
la mente
la existencia, toda

Gracias Nehuén por enseñarme tanto; por elegirme y por permitirme ser
tu espacio de contención, de alimento, de calor y esencialmente de AMOR.

Mamá