Algunos de estos son diálogos de sueños, o pensamientos
entredormidos que anoto en un papel en un estado alfa y en la oscuridad. A la
mañana siguiente, los paso en limpio. Es casi como plasmar mi inconsciente en
palabras...uau. Otros son pensamientos
fugaces, reflexivos, que intento anotar lo más fielmente posible.
Recortes insomnes
Ah, tu obra me encanta. Yo soy de pensar que hay “otra” vida
más allá de lo que vemos y hay que habitar ese espacio de luz y sombra, en
cuerpo y Alma. Porque pese a todo, la verdad siempre triunfa. Por eso la lucha
vale la pena , mirar para adelante, desnudar el corazón y con una coraza de luz
enfrentar “la realidad”. Si, esa que te digo que habitamos, aunque no nos demos
cuenta lo sabemos ¿Me entendes?
Si,
necesito por las noches alguien que me abrace; lo extraño. Hablo de alguien
más, además de estas pequeñas manos que se aferran a la vida desde mi escote.
Hablo de un hombre, ese que alguna vez supo abrigarme el Alma en pleno
invierno. O bueno, algún otro que este dispuesto a abrigarme los pies, ahora.
Parece ser que a todos nos convencieron con que hay un vacio
que llenar (ese famoso y existencial) que emerge sin preguntar en los más
inoportunos acantilados del Alma. A mi me sucede lo contrario. Esta tan lleno
que rebalsa, te puedo convidar ¿Queres?
Hay tanta gente que es feliz porque vive en una “nube de
pedos” sin tomar real responsabilidad y conciencia de ese “todo” o al menos, de
una partecita. No quiero juzgarlos y hasta confieso cierta envidia a veces. Sin
embargo, sigo eligiendo la lucidez y el servicio antes que la inconciencia y el
egoísmo. Cada cual es feliz a su manera, claro. Pero de algo estoy segura: que
es muy triste no darse cuenta que no te das cuenta, de un “otro” y de que algunos
de esos “otros”, como yo, lo noten. Y anoten.
Desapego y Amor incondicional, vaya términos. Considero que
venimos, o vengo para no generalizar, a este planeta a evolucionar y
perfeccionar estas dos cualidades. Nadie mejor que un hijo para exacerbar este desafío
y ponerlo en primer plano de manera constante.
El otro día en el parque un muchacho me interrogo:
¿Es tuyo? – dijo -
Si…es mío – respondí –
Convengamos que lo geste, lo parí, le di vida, lo amamanto, lo crio y lo amo
incondicionalmente, de verdad. Pero ¿mío? No es una pertenencia, es un ser
humano. Que raro es esto de que sea MI hijo porque si bien es un hecho, no me
gusta calificarlo de esa manera. Es hijo de la vida, es libre, ES… incluso, más
allá de mi. ¡Pucha que difícil es el vocabulario! A veces da alas y otras
candados.
Que raro es
el ser humano. Que raza tan misteriosa, tan corrompible.
Como cuesta
determinar los limites de lo normal y anormal, de lo bueno y lo malo, de lo
sano y lo enfermo, de lo natural y lo adquirido. Y eso tan humano también, la
eterna dualidad que separe, enfrenta, no ayuda. Borges tenia razón, habría que
inventar un juego en el que nadie pierda ni gane…si total al final ¡Rey y peón
vuelven a la misma caja che!