29 de diciembre de 2009

Recién entonces


Me entrego a la irracional pasión de unir palabras para darle sentido a la inexistencia.
¿A la inexistencia de que? me pregunto internamente.
Los signos de preguntas retumban en mis sienes, las ies se estiran en mi garganta donde aun, ciertas jaulas, permanecen. Sus puntos me hacen cosquillas, la equis se posa sobre mi ombligo y las oes se asombran de mi interior. La e nada en mis pupilas y dos curiosas a, se animan a escarbarme el corazón.
A mí alrededor todo permanece inmóvil, parece un cuadro.
Las letras me habitan, se apoderan de mi interior…y yo admito, que he perdido la batalla.
Suspiro con los pies una atmósfera inmutable, sin poder discernir aun si es la calma antes del caos o más bien, luego de él.
A veces pienso que en el caos esta el equilibrio.
(Un teclado negro y una mariposa naranja, pueden resultar caóticos, pero son agradables)
La teoría del caos afirma que el aleteo de una mariposa puede provocar un tifón del otro lado del mundo.
Y un silencio tan espeso y brilloso ¿Qué puede provocar del otro lado del mundo?
Escucho el bombeo de mi corazón, el bullir de mi sangre: estoy viva.
Lo demás entonces, será solo una consecuencia.
No corro; camino. No busco: encuentro. No escapo; me diluyo.
Muerdo el vació y me saturo de mundos. Y entonces, cierro los parpados, ventanas de la ilusión.
Y allí en comunión con mi más pura esencia, sé.
Es un caos, es equilibrio, es hombre, es mujer, es agua, es fuego, es luz, es oscuridad.
Es.
Una mezcla de matices, formas y energías persiste y se adhiere a cada rincón del espacio que me contiene.
Huellas, miles de huellas se confunden en un acontecer frenético e inminente.
El poder de la simultaneidad atemporal que desafía las leyes físicas.
Una profunda sensación de soledad entreteje la tela de la compañía, de la fusión fraternal, de los que están sin estar, porque laten y tejen, aunque siempre estemos solos muy adentro, solos, sabiamente solos.
Unas diminutas campanas vibran a lo lejos. Debo partir, no en cuerpo, no en Alma, sino partir.
Exiliarme de las palabras, vaciarme de mi misma y después hundirme en el caos.
Entregarme, ahora si, de cuerpo y Alma.
En aquel momento, recién entonces, podré cruzarme con el equilibrio y tal vez ya, pueda reconocerlo.

N.P.S
29/12/09

24 de diciembre de 2009

Banquete navideño

Volaba taciturno sobre la noche húmeda de las primeras horas del veinticuatro de diciembre. Ingenuo, con finas alas, se elevaba inocente hasta que cayó entre sus letárgicas redes. Lucho, incansablemente, lucho. Movía las patas rápidamente, ferozmente, intentando eludir lo inevitable. Por momentos languidecía y su cuerpo permanecía inmóvil y cuando todo parecía haber terminado, nuevamente comenzaba la lucha para poder desprenderse de aquel infierno. Sus minúsculas alas intentaban aletear una imposible escapatoria y ella lo observaba cada vez más cerca.
Sigilosa y sin prisa, se acerco al encuentro…y entonces comenzó la batalla por la supervivencia. De repente estallo la paz, yo casi no respiraba atenta a cada uno de sus movimientos. Ella intentaba con toda su astucia encerrarlo, encadenarlo, asfixiarlo.
Él no se entregaba, la resistencia fue agonizante, combatió hasta el último instante antes del fin. Una mano, una pierna, un ala, otra mano, se acercaban y se distanciaban en una frenética melodía tan sensual como agresiva. Ella lo enfrentaba arrogante y nimia, él intentaba despegarse pero solo lograba enmarañarse más en las redes de aquella dama.
Y entonces, sucedió.
Ella comenzó a enroscarlo, haciéndolo girar sobre su propio eje con una velocidad aterradora. Lo envolvía con pasión y astucia, mientras él ya con las últimas fuerzas intentaba, estérilmente, defenderse. En pocos segundos dejo de existir.
Y entonces ella freno la marcha y lo contemplo. El banquete estaba listo, fresco y jugoso para esta navidad. Y así quedo entonces, con el corazón roto de amor, encapsulado bajo el poder de una mujer de ocho patas.
Aunque la triplicaba en tamaño, la estrategia fue impecable. No se puede negar.
No había escapatoria, pero él igual, lo intento.
Y eso fue lo más importante y sorprendente, la voluntad del instinto.


Deberíamos haberlo ayudado – Acoto él acongojado.
Es la ley de la selva, que sobreviva el más apto – Respondimos nosotras.

N.P.S
24/12/09

17 de diciembre de 2009

Comunión ancestral


Fluir al son del unísono. Permitir y permitirnos, que el pulso nos marque el camino. Comprender que cada paso recorrido es necesario para marcar el que vendrá. Cada huella es un eslabón del Plan Maestro diseñado por nuestra conciencia superior, la cual solemos ignorar y olvidar a causa de las trivialidades de la cotidianeidad, que empolvan la retina del Alma, nuestra única y fiel esencia.
Fluir sin obstaculizar lo inevitable es la mejor manera que encontré de vivir y es un desafió, un trabajo cotidiano que requiere de mucha voluntad interior. Pero sin dudas para mi, es la más sana, la más transparente, la única trascendental.
Siempre mi eje es mi vocación, es mi guía, mi pulso, mi esencia, eso es intrínsecamente intransmutable.
Las raíces deben poseer alas, para pertenecer al todo absoluto e incluso a la nada. Las raíces sostienen árboles de antaño, aunque las ramas caigan y el follaje sea perenne y a veces se marchite como parte del proceso, inminentemente necesario. Pero las raíces que pertenecen siempre al mismo suelo no pueden alzar vuelo.
Por eso hay dos cosas que podemos dejarles a las futuras generaciones: raíces y alas. y que la “O” no forme parte ya.

Nada ni nadie puede bloquear mi vocación de servicio y mi esencia, no dudes nunca de eso. Tengo certezas muy profundas y personales, como para cambiarlas a esta altura del camino. Claro que mutan y se transforman, pero las raíces más profundas son estables y mientras más vuelo alcanzo más lejos llegan, aunque parezca una contradicción.
La claridad y la sincronía se presentan con tanta perfección que no dejan espacio para sembrar la duda, y entonces me entrego a lo inesperado, al misterio del mañana, a la vida que no deja de fluir como un río transparente y puro.
Cada vez creo menos en las estructuras, en lo fijo, en el control de lo que sucede...lo que acontece sin previo aviso es la vida, esa es la esencia del milagro de esta existencia que transitamos como seres espirituales, en envases humanos. Lo que sucede y acontece, nos traspasa, nos trasciende. La realidad nos atraviesa y nos desafía constantemente; eso es la vida para mí. No la vida de cartón creada, materializada, controlada. Lo que se estanca se pudre y lo que se pudre, se muere. Yo no quiero más muerte, apuesto a la transformación constante del espíritu y de la materia. Tampoco ya quiero pensar como creí toda mi vida, que uno pertenece a un lugar o a algo o a alguien. Esas convenciones ya no caben en mis círculos, son obsoletas y toxicas.
Somos hijos de la Tierra y el Sol, no pertenecemos a un espacio físico esencialmente establecido, somos cuidadanos del mundo. No creo en las fronteras que cultivan separación, exclusión, opuestos, desintegración. Son creaciones puramente humanas, no divinas. Prefiero sembrar, unir las misiones y las Almas pulcras. Abrir las manos de par en par y entregarse a los designios. Construir juntos, luchar uniendo fuerzas, sin luchar contra nadie sino a favor de todo. En eso creo...y a partir de eso, me guío, intuyo, siento y presiento, me muevo, vivo e incluso a veces muero, para poder renacer y continuar.
Las señales y los presagios son cada vez más lucidos y transparentes. Los hilos invisibles cada día más palpables, las Almas compañeras, cada vez más en comunión. La muerte ya no existe, si comprendemos que no somos más que un simple pestañeo en la infinitud del universo y de la existencia misma. Todos estamos y permanecemos de una u otra manera, fluimos en un océano inabarcable para nuestra finita mente, pero totalmente natural para nuestra mente superior. Y en esos atisbos de lucidez, en los cuales logramos conectarnos con la fuente, comprendemos.
El eco de lo invisible toma cuerpo, es una música interior. Como un antiguo vals, que te resulta conocido, y te fusiona con la unidad indivisible de la que todos somos parte.
Todo esta claro, no hay de que preocuparse.
Mi destino, mi misión: esta acá, adentro. Ni adelante, ni encima, ni lejos. Late conmigo desde que soy en esta existencia. Desde que elegí este envase. Podrá ser acá, o en el polo opuesto del mundo. En barco, en avión o a pie, pero es. Fluye, late, existe, es un llamado interno que me transciende y al cual sigo desde el corazón, desde el Amor: Él es mi brújula, no hay más. No importa como, ni donde, ni siquiera importa con quien, mientras sea fiel a mi propio latido interior. Sé que es él quien me guiara siempre hacia lo correcto, sin interferencias creadas.
Y marchare fiel hacia aquel sendero que yo misma supe diagramar, en otro estado por razones que desconozco pero intuyo. Porque se presentan, intermitentes entre el silencio y el Alma. ¿Cómo creer en las casualidades o en el azar? ¿Cómo permanecer inmutable en un Universo tan dinámico e inabarcable? Las cosas siempre en esta existencia suceden por algo, son un mensaje, un llamado, son.
Año tras años me inunda una sensación de tranquilidad y de certeza interna, de estar donde tengo que estar, de ser quien tengo que ser. De ser fiel, ante todo, a mi propio presagio.
Mantener el equilibrio es un trabajo constante, con recaídas, pozos, oscuridades y soles. Pero es un trabajo que vale la pena experimentar, porque los frutos son tan bellos y maravillosos, que entonces olvidamos el esfuerzo.
Nunca es en vano, intentar. La intención es lo más poderoso que poseemos como seres humanos.
Somos faros de luz para iluminar en la oscuridad. Si eres un foco de luz para irradiar seguramente que no te darán misión al lado del sol, porque nadie te vería, en tu propósito de vida habrás elegido estar en lugares donde puedas colaborar para elevar la vibración del lugar…
[1]
Todos somos un milagro. Todos poseemos el mismo poder de crear y cocrear con la naturaleza, porque incluso somos la naturaleza. Somos el agua y la tierra. El fuego y el aire.
Y cada amanecer es una bendición y una oportunidad para despertarnos a la vida.
Estamos protegidos, eternamente, bajo el manto de un haz de luz multicolor.
Cara rayo de sol anuncia una nueva posibilidad, nos acaricia con su sabiduría y nos invita a andar ¿Cómo no caminar de la mano de tan amable ofrenda?



Esto es la salud: esto es el éxito, y la felicidad, y la verdadera vocación de servicio.
Servir a través del amor, en la más perfecta libertad de seguir nuestro propio camino.
* Edward Bach*



N.P.S
17/12/09



[1] Ana María Frallicciardi – Astrologa www.aguilaazul.com.ar

6 de diciembre de 2009

Inútil presagio



Me adentro en la maravilla de tu mundo y desde allí palpo lo invisible.
Intento sumergirme en ese mismo océano que se evapora inminentemente antes de que pueda llegar…es inútil desafiar lo que no es. 

Ir contra un destino presentado de esta forma tan cruel y compañera. 
¿Conformarme? ¿Soltar? 
No puedo soltar lo que nunca tuve, ni puedo conformarme cuando el Amor se desborda en una lágrima que riega un mundo de ilusiones marchitas. 
No puedo no sentirte, así. 
De esta manera tan absurda e intensa. 
No puedo no entregarme ante semejante grandeza. 
Quisiera poder tener el valor para conformarme y poder admitir que no puedo. 
Por ahora solo me queda esto, la ilusión perenne de tu encanto.

N.P.S
06/12/09


Anatomía del Alma


El eco de la soledad
Retumba en mi sangre.
La luna alumbra mis talones
Pero hace frío.
Y no hay nadie detrás.

El fuego interior
Alumbra el espacio que habito
Deshabitado de otros
Que golpean la puerta
Sin llaves que sortear.
Pero a pesar de eso…
No entran.

Me invade una sensación ambigua
La sutil paradoja
De dar incondicionalmente
Y sentirse así de solo
En esta absurda
Y suave anatomía que me contiene.

Me dibujo entre tus manos
Pero no puedo sentirte
La impotencia se apodera
De mis sienes, de mis pasos
Y entonces empiezo a comprender
Que estoy lejos y te quiero
Y que afuera hace frío.
Pero adentro, te espero.

N.P.S
06/12/09

Una carreta al cielo

Hoy no fue un día más en el hospital Borda, aquel hospicio que ha logrado quedarse con un trozo de mí.
Hoy fue un día especial, de encuentros, reencuentros, complicidades y un alo cargado de emoción. Arte al paso se hizo presente y eso ya es motivo suficiente.
Rebalsada de emociones, así llegue y así me fui. Sentimientos encontrados se enmarañaban por mis piernas, la misma pasión de siempre se agitaba en mis manos, las caricias en el Alma no se hicieron esperar y las miradas cómplices poblaron un futuro repleto de Amor y esperanza.
Enterarme que el marido de Ana es titiritero, y amarla aun más por eso y porque es un ejemplo constante como psicóloga y como ser humano, es también parte de tanta emoción. Los pacientes, el papel, las tareas de siempre y el reconocimiento y el lugar que de a poco se va formando, como un hueco en el espacio. Y me encuentro y reconozco en palabras ajenas pero propias.

“Hola, me quedo como voluntaria” “¿Te quedas hasta fin de mes?/ No, hasta febrero” “Me recibo el año que viene”
“Acá también hay internas, exclusión y lucha de poderes. Aunque no parezca, este lado de las rejas sigue siendo igual al mundo” “Esta es la mejor parte, vos conociste las cinco estrellas. En los servicios de crónicos, esto no es así”
“Ojo con usar la palabra psicotico acá adentro”

Un servicio, un jardín, un paciente, miles, un pasillo e infinitos cuadros e inventos. Tanto Arte que uno se marea, pierde el foco casi hasta sentirse fuera de la realidad.
Así, justamente ASI me sentí hoy, en una especie de sueño. Porque no dejan de sorprenderme nunca, las vueltas de la vida. La sincronía y la causalidad siempre presentes, marcando el rumbo, latiendo al unísono. Que hermoso es poder sorprenderse del destino y aceptar la vida en todos sus matices. La paz interior es impagable, uno respira tranquilo y se entrega al fluir de lo inmediato, comprendiendo que el pasado y el futuro no son más que creaciones humanas.
Pero las creaciones que abundan en el hospital son humanas y también divinas. Un mundo inquietante, apasionante, un mensaje en cada trazo. Allí están ellas tan bien materializadas, las dos cosas que siempre han sido los pilares de mi vida: El Arte y la vocación de servicio.
Sin ambas cosas, la nada misma, la inexistencia pura. La desintegración personal, en mi caso personal, claro.
Y en el hospital, ambas se conjugan tan perfectamente que a veces parece ilusorio.
Y sumado a tantas emociones y decisiones que echan sus raíces, lentas y sutiles, pero raíces al fin llego él. Y no llego así nomás, llego cargado de energía, lleno de luz y con la misma sonrisa inocente de siempre. Con un chaleco amarillo y la humildad a flor de piel, vino. Llego y hablo con Ana, y con el Frente de Artistas y con cada paciente…llego y poblo, y creo y soñó seguramente, también.
Podía leer en sus ojos preguntas y desconcierto, no pudiendo hacer foco en nada, en medio de tantos pacientes, pasillos, presentaciones y Arte. Pero llego y estaba ahí, conociendo el Borda, sin dejar de acotar lo maravillado que estaba. Y yo aun, sin poder entender mucho nada ¿Seba hablando con Ana? ¿Seba en Molineros? Eso, las vueltas sorpresivas de la vida, los boomerang que uno tira al viento y vuelven cargados de sueños.

“Él: ¿Y porque no trabajan todos juntos con el frente de Artistas?
Médico (jefe de servicio): ¿Y por que si? ¡Porque existe el libro albedrío! Eso, vos me preguntas porque no, y yo te digo por que si. Él: No quiero que lo tomen como una critica, pero pienso que esta bueno unir, integrar, juntar fuerzas y luchar todos juntos…”

Es increíble oír mi propio discurso en voca de otro. Mis certezas y mis pasiones, en las pupilas ajenas, que él diga lo que yo estoy pensando, y sobretodo que se anime. Que mágico es el ser humano, que maravillosa es la empatia. Hubiera querido abrazarlo, por defender sus valores e ideales y no dejarse callar por poderes ridículos y obsoletos. En la vida, nadie es más que nadie, las jerarquías son siempre artificiales y nosotros dos, lo sabemos de sobra.
Pero había algo más. Entre todo eso y él había un puente: yo ¡Que digo un puente! Varios puentes y vidas, destinos y pies descalzos. Y todo era más mágico porque ella estaba ahí. Porque ella latió dentro mío, porque podía sentir su emoción o imaginarla tal vez. Mi compañera eterna de locura, mi siamesa, mi guerrera siempre en primera fila de combate. Hemos luchado y soñado tanto juntas tantas cosas que hoy se palpan, que hoy son parte de mi realidad, de mi profesión y de mi profunda vocación de servicio. Tantas utopías construidas y compartidas, que hoy se materializan frente a mis ojos ¿Cómo no llorar ante tanta grandeza? ¿Cómo no extrañarte y sentirte tan cerca? ¿Cómo no gritarle al mundo que no hay nada más gratificante que ayudar y ser parte con los otros? ¿Cómo explicar lo que no es no tenerte y seguir? A vos nunca tuve que explicarte nada de esto, porque vos misma lo eras, y por eso viviste una vida tan intensa, de entrega y Amor incondicional. Y por eso me siento tan sola, aunque profundamente acompañada también, en situaciones como estas donde me desborda tanta vida y no te encuentro físicamente, en ella. La impotencia es muy grande, pero la compañía siempre es eterna y eso me tranquiliza bastante. Porque todo lo que hago, lo hago por las dos. Ahora lucho por las dos, respiro por las dos, siempre por las dos e incluso abrazo a Seba, por las dos. Y si, tenías razón en todo lo que me dijiste sobre él y más aun. Pero la vida es así de loca, así de imprevisible. Vos te fuiste y él llego, casi como un presagio. De alguna manera, desde que no estas, siento y veo con mucha mas certezas, ciertos legados y la fusión de seres produciendo cosas bellísimas. Esta ahí, se palpa y cuando sucede, uff…todo es tan fuerte, que ni las palabras ni el silencio, pueden contener tal sensación.
Vos te fuiste pero estas, sembraste miles de semillas que no dejan de brotar. Estas en cada sueño, en cada utopía, en casa paso, estas en alguna rasta de Seba, en mis manos, en los rincones de aquel viejo jardín del hospital que hoy recorría con el corazón galopante. Estas incluso en la remera que lo obsequie, porque gracias a vos me instruí en ese Arte de plasmar palabras en nuestra vestimenta.
Estas y sos, y supiste como dejarme el camino señalado. Supiste dejarme seres y emisarios que son tesoros. Vos te fuiste pero acá seguimos luchando por la caída de los muros, luchando por la dignidad, por los derechos, por todas las injusticias que gente como nosotros tres, no puede soportar. Acá estamos, compañera, accionando, iluminando, caminando, revolucionando…y hoy, caminaste conmigo en cada baldosa y en cada mirada cómplice que hubo entre él y yo. Ahí, justo en el medio estabas vos con tu dulce energía, ahora más divina que antes.
Y luego de los regalos, extramuros, y los abrazos no pude contener mis lágrimas. Y entonces, en pleno transporte público me largue a llorar. En silencio y sin pensarlo, como causa de una profunda alegría existencial, una cascada de plenitud y fraternidad intransferible me sumergió en otro espacio posible.
Con orgullo, si claro, por vos, por mí, por él, por todo lo que se puede hacer cuando hay voluntad y buen corazón.
Y en medio de tanta emoción, también llore por no poder contarte todo esto, por tener que festejar sola e internamente tanta belleza. Llore porque me lo tenia merecido y porque últimamente, me doy más permisos que de costumbre. Llore y te sentí, alada y eterna. Y mientras secaba mis lágrimas, entre sonrisas y nostalgia, imaginaba tus ojos siempre tan brillosos y sabios. Imaginaba tus palabras y tus calidos abrazos, amiga mía. Y entonces llore con más fuerza y sonríe mirando al cielo. ¡Puta que vale la pena esta experiencia! Que no pasamos por la vida inadvertidos. Que como vos decías, hay gente tan necesaria que dan ganas de abrazarlos con el Alma misma. Que somos fueguitos y que hay algunos que alumbran tanto que encandilan y producen estas reacciones. Un llanto inesperado, un sin fin de preguntas, una satisfacción interna inmensa y un suspiro cósmico. Y no puedo olvidar una de tus últimas frases tan recurrentes: Las revoluciones se hacen con una sonrisa, si así se hacen.
Y la certeza continua de otras vidas, de esos hilos invisibles que nos han unido, por las mágicas artes del destino.
Si, Dios actúa de manera misteriosa y como nos hace emocionar eso, que bien lo arma. El plan es perfecto, el diseño nos contiene. Todo se transforma y esta vida, es solo un paréntesis en medio de la eternidad inabarcable.
Solo eso, un granito perdido en el espacio infinito.
Y entonces, nos volveremos a encontrar y seguiremos construyendo. Y mientras tanto, en esta vida, marchare siempre por las dos, desde adentro y por nosotras. Y aunque en el álbum de mi memoria falte aquella foto que nunca vamos a sacarnos, él, vos y yo, esa misma existe muy dentro de cada uno de nosotros. Existe en un espacio paralelo, en la dimensión del Amor que es eterno, existe ahí donde hacemos y somos, dejando la huella no solo en el mundo, sino en seres humanos eternos, como nosotros mismos.
Permanecemos y estamos, unidos desde el corazón, no desde la razón. Lo sé y lo supe siempre.
Gracias Angita, por ser mi pedacito de utopía. Como siempre, estoy donde estas porque estas donde estoy.
Gracias Seba, por tanta esperanza sembrada. No me canso de agradecerte…de eso se trata un poco nuestra historia.
Uno recorre el mundo en carreta y otro el cielo en nubes y arco iris…
Que orgullo es compartir esta experiencia de vida, con dos Almas nobles y sabias. Por que no me siento tan sola entonces cuando me despierto con ganas de cambiar el mundo.
¡Yo si soy afortunada!

Ya lo decía Albert “Dios, no juega a los dados”

N.P.S
04/12/09