Considero que existe una sutil pero importante diferencia entre
ser una persona compleja y ser una persona complicada; aunque
generalmente este detalle se nos suele escapar a la hora de “calificar” al otro o autocalificarnos.
Lo
complicado tiene un tinte algo negativo en cambio lo complejo me
resuena más del lado de los desafíos. Lo complicado es difícil, como si
fuese algo que cuesta desenredar, lo que a veces llamamos una persona
jodida, un sin sentido que irrita. Lo complicado rosa lo homogéneo, es
una caja llena de cosas mezcladas que no encajan.
En cambio en
lo complejo rige un orden inteligente, es heterogéneo, mixto, compuesto y
con bordes confusos pero objetivos claros. Tiene un sentido que cuesta
entender pero uno se divierte en el camino y siempre se aprende, por eso
es un desafío.
Lo superficial, por ejemplo, tiene más que ver con
lo complicado, en cambio lo complejo es algo más profundo que necesita
todos los sentidos puestos en marcha y que conlleva trabajo, a
diferencia de lo complicado que es dado más por cierta inercia
abstracta.
Las personas complejas suelen ser bohemias, sensibles,
artísticas, espirituales ¡Apasionadas por la literatura, la filosofía,
el arte! Tienen sed de conocimientos, se cuestionan lo establecido, van
más allá de lo obvio, de los hábitos y deconstruyen para volver a
construir desde un lado original.
Las personas complicadas tienen a
ser más racionales, a no conectarse tanto con las emociones y ser más
simplistas y/o practicas. Lo complejo tendría más que ver con el
inconsciente y lo complicado con lo consciente, desde la teoría
psicoanalítica, pero desde un enfoque espiritual lo complejo iría de la
mano con el despertar de la conciencia.
Es decir, cada cual tiene sus pros y contras, claramente, como todo en la vida; un ying-yang dinámico.
El mundo es complicado y la vida es compleja.; por ejemplo.
Los hombres son complicados y las mujeres son complejas, generalizando claro, a modo ilustrativo.
Se
vuelve complicado poner en palabras una sesión de psicoanálisis donde
debatí y reflexione sobre mi propia complejidad, aun considerándome una
persona simple, pero quiza compleja para la mirada de un “otro”
N.P.S
Septiembre 2012