7 de septiembre de 2012

Lo complicado de ser complejo


Considero que existe una sutil pero importante diferencia entre ser una persona compleja y ser una persona complicada; aunque generalmente este detalle se nos suele escapar a la hora de “calificar” al otro o autocalificarnos.
Lo complicado tiene un tinte algo negativo en cambio lo complejo me resuena más del lado de los desafíos. Lo complicado es difícil, como si fuese algo que cuesta desenredar, lo que a veces llamamos una persona jodida, un sin sentido que irrita. Lo complicado rosa lo homogéneo, es una caja llena de cosas mezcladas que no encajan.  
En cambio en lo complejo rige un orden inteligente, es heterogéneo, mixto, compuesto y con bordes confusos pero objetivos claros. Tiene un sentido que cuesta entender pero uno se divierte en el camino y siempre se aprende, por eso es un desafío.
Lo superficial, por ejemplo, tiene más que ver con lo complicado, en cambio lo complejo es algo más profundo que necesita todos los sentidos puestos en marcha y que conlleva trabajo, a diferencia de lo complicado que es dado más por cierta inercia abstracta.
Las personas complejas suelen ser bohemias, sensibles, artísticas, espirituales ¡Apasionadas por la literatura, la filosofía, el arte! Tienen sed de conocimientos, se cuestionan lo establecido, van más allá de lo obvio, de los hábitos y deconstruyen para volver a construir desde un lado original.
Las personas complicadas tienen a ser más racionales, a no conectarse tanto con las emociones y ser más simplistas y/o practicas. Lo complejo tendría más que ver con el inconsciente y lo complicado con lo consciente, desde la teoría psicoanalítica, pero desde un enfoque espiritual lo complejo iría de la mano con el despertar de la conciencia.
Es decir, cada cual tiene sus pros y contras, claramente, como todo en la vida; un ying-yang dinámico.

El mundo es complicado y la vida es compleja.; por ejemplo.
Los hombres son complicados y las mujeres son complejas, generalizando claro, a modo ilustrativo.
 
Se vuelve complicado poner en palabras una sesión de psicoanálisis donde debatí y reflexione sobre mi propia complejidad, aun considerándome una persona simple, pero quiza compleja para la mirada de un “otro”


N.P.S
Septiembre 2012

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