17 de marzo de 2010

¿Puedes?

Podes peinarte el pelo con gel y usar zapatos.
Podes tener un celular megasupersonico y ver películas en el auto.
Podes escuchar pantera y cantar al son de la Negra Sosa.
Podes vestirte de negro, camisa y charol.
Podes tener un auto polarizado con palanquitas que aun no entiendo.
Podes ser “tan” carnívoro y amar el caviar, también podes.
Podes trabajar nueve horas y llamarnos veinticinco.
Podes ser histriónico hasta en el suspiro e incluso el nieto de una amiga.
Podes sorprenderte por mi filosofía, pensar que soy rara y creer que es mejor un parto en un frío y ajeno sitio como es un hospital, que en el calor humano y ancestral del hogar. Aun podes.
Podes agarrar todo con los pies, contracturarte en cada esquina y juntar agua en la clavícula como yo, cuando te duchas.
Podes amar la tecnología, a pesar de todo, y condenar a la iglesia, por todo.
Pero hay dos cosas que no puedo permitir, bajo ninguna justificación, y en esto si soy indómita.
No puedo aceptar que no sepas volar. Los pies son inútiles extensiones, para algunos.
Y en mi vuelo te quiero a mi lado, ni delante ni detrás, aleteando juntos en una ruta sin rieles. La vida.
Y por último y principal, sin excusas pertinentes, nunca podré perdonarte que no aceptes salvar el mundo, que no seas parte del Plan. O mejor dicho, no permitir que el mundo se deshaga, porque esa es la misión de los que tenemos los ojos ASI y el Alma, ASA.
Si no sabes volar y no estas dispuesto a acompañarme en esta lucha diaria hacia un mundo más humano y justo, entonces…no te quedes conmigo. Perderás el tiempo intentando convencerme, aunque tus ojos me hablen más que le crepúsculo mismo, también.

N.P.S
17/03/10

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