10 de febrero de 2012

Lo que nace


Una mujer parada con su bebé en brazos en medio de la vida, frente a frente con el mundo real.

Nada, ni nadie, te da más fuerza.

Nada consigue darle tanto sentido a la vida, como un hijo.

La perspectiva del mundo ha cambiado por completo en cada mínimo detalle, en cada estructura y dinámica,

en cada reflejo y espejo.

Nada es igual.

No se piensa, ni se siente, ni se observa igual antes y después de ser madre. Cambian las prioridades, para siempre

Cambia absolutamente el Universo o mejor dicho una cambia la visión al respecto en base a conocer y re-conocer el verdadero Amor incondicional y la verdadera naturaleza femenina ancestral.
Una sabiduría innata nos habita y empapa de un néctar tan especial y único, que nos vuelve fuertes frente a todo.

Una mujer en un pasillo infinito camina lentamente, con su niño en brazos, hacia la luz;
los hijos iluminan las sombras como nadie más puede hacerlo.

Nada puede detenerla, no existe energía superior, sensibilidad más profunda, comunión más intensa,
conexión más transparente, no existe.

Es indecible todo lo que nace cuando nace un hijo. Todo lo que existe desde que ellos existen.

Todo lo que nos dan, nos responden, nos regalan.

Cuando nace un hijo nace una madre y un mundo nuevo por descubrir, junto a su pequeña mano y primeros pasos.


N.P.S

10/02/12

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