Domingo, 19:30 hrs.
Entusiasmada y con una sonrisa interior, me preparo para
respirar; como siempre.
Pero esta vez, ella no llega.
Otra instructora se sienta en “el sillón blanco” y la
desilusión, se apodera de mí.
¿Por qué no vino Sole?
¿Por qué no aviso? ¡No conozca a esta instructora! ¡Espero toda la semana el
domingo para venir! Y un fin sin de pensamientos atravesaban mi mente como
pelotitas de ping pong.
Por dentro comenzó la calesita de cuestionamientos,
acompañados de reflexiones. Estaba ahí, escuchaba, participaba y
simultáneamente pensaba:
¿Yo vengo acá por Sole o por mí? ¿Por qué me siento así
porque ella no esta? ¿Qué importa quien es el instructor al final? Si el
compromiso es conmigo misma, no es con Guruji, ni con Sole, ni con nadie más
que conmigo misma para mi propio bienestar, mi calidad de vida y muchas cosas
más…
Entonces ¿Por qué me genera “esto raro” que ella no este? Sé
que de alguna forma, fue su mensaje, a través de sus libros, lo que me impulso
a volver y que conecto con ella y “sus” satsang de una forma maravillosa,
pero…pero hay algo que no me cerraba.
Estuvo bueno no saber de antemano que Sole no iba a estar
hoy, porque me permitió que el factor sorpresa actúe en mi, en mis
expectativas, que me plantee que busco, cual es el objetivo, a que respondo,
porque retome, porque me siento tan conectada y entusiasmada de nuevo con los
Satsang, de que depende ¿Esta bueno que dependa de algo? Probablemente, no.
Esto me permitió reencontrarme con una parte que necesitaba revisar de mi misma,
no solo en este espacio, sino en otros mucho más personales.
Después de todo, respire, entre en meditación profunda, reí,
reímos MUCHO hoy, a carcajada viva, hasta que las lagrimas recorrían mi rostro.
Cantamos lindo, fuerte, con movimiento, con ritmo, con el corazón abierto.
Fue un satsang hermoso, pude entregarme al proceso, no me
quede estancada en ese momento que me genero sensaciones encontradas.
Entendí algunas cosas que tal vez no estaban tan claras.
Reconocí mi lugar de pertenencia y comprendí, una vez más,
que TODOS somos CANAL, simplemente eso. Somos lo mismo, en un cuerpo humano
diferente, pero somos uno. Sole no estaba presente físicamente, pero estaba, y
en el momento en que todos entonamos el OM, o en el que todos reímos o cantamos
con tanta devoción y complicidad, sonriéndonos y mirándonos a los ojos,
celebrando simplemente el hecho de VIVIR entonces las fronteras se diluyen y
somos el SER; un grupo de ALMAS celebrando, en la perfección de la unidad. Sin
prejuicios, sin pudor, sin tabues, sin religiones, sin nada de todas esas
etiquetas tan humanas que nos limitan.
Así que te agradezco Sole por no haber venido hoy y no haber
avisado, cuando además sé que no tenes porque avisar, solo son trampas de la
mente que nos enroscan.
Lo bueno es darse cuenta a tiempo y entregarse-la a los
procesos que nos permiten controlarla, antes que ella nos controle.
Jai Guru Dev,
hasta el próximo domingo.
Nadi
Domingo
09-02-2014
23:24
No hay comentarios.:
Publicar un comentario