Sublimar
la locura, esa energía que recorre nuestras venas como huracán desbocado, que baja desde el corazón hasta las manos y crea, con una
fuerza irrevocable, arrasadora, humana, divina. Transformar el dolor
en algo bello, transmutarlo, cambiar la oscuridad y el negro abismo
por colores vivos que danzan sobre la luz.
Ser.
Que
no es lo mismo que hacer.
Pemitirse
renacer, aunque hayan sido ya mil veces, mil veces más y sobre todo
reconocerse a uno mismo. No necesitar de la mirada ni de la
aprobación ajena para saber quien es uno, porque después de todo
nadie nos conoce mejor que nosotros mismos. Salvo, algunos mortales
que osan emprender esa aventura.
Hoy
quiero despojarme de las miradas opresoras, de los dedos acusadores,
de las criticas, los retos y ese maldito sentimiento de culpa que se
acumula en los hombros y en la garganta y no te deja dormir.
Hoy
brindo por mi misma, sin importar lo que el mundo piense, sino y
sobre todo valorando como me pienso a mi misma en este universo y
decidiendo que hago con todo lo que fui, soy y seré.
Hoy
elijo mi propia historia, basta de ser una marioneta del destino.
Buenas
noches...
N.P.S
07/10/2014
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