24 de enero de 2015

SabeR La NaDa

Noche de mucho estudio, de libros, paginas, astrología, entrevistas, videos, música, silencio.

De repente soy abogada, fiscal, jueza, medica, perito, psicologa, bruja, hechicera, maga, periodista, política, poeta, delirante, cuerda, lo soy todo. 

Me permito jugar a serlo. 

Empiezo a unir cabos, me apasiona la investigación, me meto progresivamente en la más profunda mugre de esta sociedad.
Abandono la razón, intento apagar ese costado lógico. Acciono el sentir, me concentro en seguir el pulso de mi corazón y no temer cuando se pone turbio; porque confió. Muchos me calificarían de delirante, loca, enferma, demente, los oí ya y los oigo aun. 

Ya no me interesan esas voces.

Me meto hasta al final, me zambullo sin limite, me dejo estar ahí flotando y algo huele mal; a podrido, a una noche oscura eterna, a un pozo sin fin, sin eco.

Uff...denso, denso, muy denso. 

Cuando ya no lo soporto, tomo aire y subo. 
Cambio de estado, de música, de textos. 
Y luego la luz, la fluidez, se esclarecen los mensajes, veo miradas profundas, sonrisas de luz, pies descalzos, la unidad. 

¡Ay, la unidad y la luz, si! 
Siento el amor, esa energía que me recorre extasiada haciéndome cosquillas.
Siento a todos esos muertos que investigo, bailando a mi alrededor. 

Juan, Rodrigo, Ernesto, Albert, Kurt, Frida, John, Fernando, hasta Adolf, todos blancos, en todos yo, en mi, todos.
Es mi esencia, mi misión, mi eje, mi don.
Soy eso, la raza blanca, soy espejo.
El poder del sin fin, la llama imperecedera, la voluntad y el orden cósmico. 

La vena rebelde no deja de latir nunca, nací para eso.
La injusticia me revuelve, necesito llegar hasta el final de cada causa.
Investigar las formas, buscar las respuestas, encontrar culpables, llorar, reír, abrazar, rechazar, desarmarme y rearmarme y después de todo eso confiar finalmente en la única justicia real; la divina, la ley del Karma, como cada uno quiera llamarlo, eso creo yo...


A la vez, comprendo que esto es solo un juego, un teatro repleto de personajes, de roles, de que somos un vehículo para transitar la experiencia de ser humanos en la Tierra, de que hay acuerdos cósmicos que no recordamos, comprendo todo y aun si, sigo buscando, o mejor dicho intentando recordar lo que ya sé, pero esta muy bien, pero muy bien, custodiado.

Esas llaves se van abriendo de a poco, son puertas, ventanas, pasillos.
No podemos hacer nada desde la conciencia o la razón, otras energías mueves esas cerraduras.
Cada portal, es un mundo nuevo, un Universo a descubrir.
Y cada nuevo ciclo, contiene al anterior.
Todo es aprendizaje; esa mi mayor certeza. 

Y después de ese arrojo de lucidez - que suele enceguecer - el vacío, esa nada insondable.
Resta entregarme a la incertidumbre de que en realidad no sabemos nada y que la mayoría de las cosas no tienen respuestas.
Es el misterio lo que causa placer y deseo, lo desconocido, la curiosidad del descubrimiento, el bendito asombro -como los niños -. 

Sera por eso que no me canso de buscar, porque el deseo es motor y nos mantiene en movimiento.

Lo que fluye, no se estanca.
Jamas.

Por eso la muerte no existe.
No existe, todo es ilusión.

Incluso todo esto.



N.P.S
24-01-2015

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