23 de diciembre de 2010

Corazón menguante

Lo confieso; hoy salí a buscarte desesperadamente.

Abrí ventanas, corrí cortinas, destartale persianas…y no estaba.

El parpadeo de las estrellas parecían anunciar su ausencia, hasta que supe escuchar.

Entonces, la vi.

Las galaxias que habitan mi interior desde tiempos remotos han implosionado.

Dios sabe hacia que agujeros negros de mi propia existencia.

No se puede revocar lo inevitable.

No se puede confundir en el cielo tu guiño inconcluso que llena mi Sol de acertijos.

Si tuvieras pestañas serias mujer.

Faro de luz eterno en la oscuridad impenetrable de la noche.

Mi corazón sincroniza con el ritmo lunar.

Necesita ir desapareciendo para poder estar lleno otra vez, por eso ahora mengua.

En un par de minutos se cumplen veinticuatro horas que estoy despierta y no me pesan los parpados.

El eclipse de mis pupilas permanece eterno.

Ellos nunca se cierran a unos ojos como los tuyos.

N.P.S

23/12/10

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