20 de febrero de 2013

Cuidar el amor


Dicen que el amor es como cuando uno cuida una plantita. Uno la ve y se enamora, la compra o la planta, mejor. La riega, la mira, la muestra, la cuida. Un día florece, es alegría, color, nacimiento. Otro día esa flor perece, se cae, la tristeza nos habita. Sin embargo, si uno entiende lo fugaz, lo superfluo de esa flor, entonces sigue regando la plantita hasta que un día, otra flor sale y da semillas que generan otras plantas, que también darán flores...para mi es eso el amor, eso es cultivar una pareja y poder además sostener una familia que no es poco, sino un desafío doble. Tener paciencia, tener constancia, no alegrarse solo en época de primavera donde todo florece, sino ser fuerte cuando todo se desvanece, cuando el viento sopla fuerte, cuando la tormenta parece ahogar nuestras raíces…ahí es donde el amor nos salva, si es verdadero. Incluso si la planta muere, poder entender que la tierra es basta y que hay otros lugares donde sembrar, para poder volver a cosechar si así se desea.
Dicen que a veces esperar a que el otro nos quiera como esperamos nos desilusiona, nos hace pensar que no nos quiere (me lo digo a mi también para aprender). Cada cual tiene sus formas que no deberían medirse ni juzgarse, sino disfrutarse. Todos tenemos tiempos propios, nuestro cuerpo tiene un tiempo, las emociones, las lágrimas, las sonrisas, las heridas tienen un tiempo y respetar esos ciclos es esencial (porque si de algo estoy segura es de que hay cosas que no quiero volver a pasar nunca más en ninguna de todas mis vidas).
Respetar lo que nuestro pulso dice, es sanador y además, libera. Eso también es el amor, cuando uno se respeta a si mismo, puede respetar al resto. Cuando uno es fiel a sus necesidades y emociones, entonces puede relacionarse y amar de una manera sincera, transparente, sin manipulaciones ni oscuridad ni tanto miedo.  

Cuando uno emprende la búsqueda interior, se encuentra con el otro. En definitiva somos uno, no hay otro al cual encontrar (pero nos hicieron creer que si) y muchos aun andan detrás de su “media naranja” sintiéndose castrados, vacíos, como si hubiera algo que rellenar o completar. Eso genera apego, dependencia y miedo a la soledad. Eso no es amor, es egoísmo.

El amor expande, abre, da alas, oxigeno. Acompaña, nutre, salva, da. 

Somos amor, estamos hechos de amor y el amor no tiene un objetivo; el camino, la vida, todo es amor.  



N.P.S
20-02-13

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