9 de octubre de 2013

Laberintos


Hoy soy un manojo de angustia, ansiedad, miedos, sombras, desesperación, dudas, incertidumbre, desesperanza.
Hoy soy una bola de estrés, de nervios, de agotamiento, de impulsos, de impotencia, de sensibilidad y de locura.
Siento que el mundo esta al revés, que la sociedad es cada vez más peor, que lo esencial se difumina y se pierde en la vorágine cotidiana de trabajar para vivir y terminar viviendo para trabajar, olvidando con total resignación quienes somos, lo que queremos, nuestros deseos, que vinimos a hacer a este mundo, a experimentar en esta vida.
Siento que todo esta dado vuelta, que corremos en la dirección equivocada, que nos engañan continuamente, generándonos necesidades e ilusiones falsas, innecesidades al fin. Y que salir del circulo se puede, pero es complejísimo, más cuando sos madre y separada, más cuando no te alcanza el mango para nada, cuando el desempleo crece y todo aumenta, cuando el tiempo se escurre y la vida te pasa por delante de los ojos como una película…y cuando te la perdiste ¡Te la perdiste! Eso no puedo perdonármelo.

Hoy siento una frustración casi suicida, no encuentro respuestas, ni salidas, ni más alternativas, siento que todo salio de su cauce desde un descontrol cotidiano que se ha vuelto crónico, pero que no es normal, ni natural, si tal vez común en este mundo caótico ultratecnologizado en el que nos toca habitar.
Siento que todo se me va de las manos, que ya no me responde el cuerpo, ni las emociones, ni la mente, que todo colapso y que han sonado las alarmas de emergencia mil y una veces.
Que la implosión es cada vez más adentro y deja más escombros.
Que las cicatrices que creí superadas, se abren y todas juntas sangrando hasta dejarme sin aire. Que mis sueños insisten en los mares desbordados, en el agua que me tapa el cuello, la casa, la vida y me arrastra hacia profundidades turbias, revolcándome hasta que me despierto, con el corazón en la boca. Las alertas ya no sirven, porque de todas formas, no logro controlar nada.
Insisten los sueños en animales alados que galopan hacia el cielo, en mensajes confusos y a la vez tan lucidos que denotan un inconciente revuelto y atestados de cuervos y ángeles, de sombras y luz, de locura desmedida, de delirios que me hacen creer que existe otro mundo posible y me hacen creer que puedo crear, cocrear y confiar, entregar, soltar, perdonar y aceptar ¿Para que? Si las cosas terminan siendo tan injustas, tan poco nobles, indignantes, desesperantes. Todo eso se va a la mierda cuando la vida no cambia, cuando uno hace todo lo posible y lo imposible y la realidad no cambia ¿Cuál es la puta realidad entonces?
Así me siento hoy, con una tristeza honda, de esas que caminan hasta por los huesos porque tengo la plena conciencia de que la vida es una y es esta y de que no hay más que hoy. Porque mis certezas tambalean en mis pies, porque creí que podía y sabia, porque puse cuerpo y alma, y entregue TODO ¿Para que? Si no podemos manejar nada, ni controlar el destino, ni podemos por más pensamiento positivo, intención, voluntad y psicomagia, torcer el destino y el rumbo de lo que parece ya esta predigitado vaya a saber uno porque o quien...ya no se más nada, porque me resulta injusta cualquier excusa, justificación o respuesta.

Karma de mierda, hoy te odio.

Así me siento hoy, revuelta de pies a cabeza, sola en medio de un desierto que me deja sin agua, sin comida, con un calor que me quema la garganta y los ojos, con una lucidez tan grande que me desorienta y me hace perder en medio de la noche más oscura del mundo, que parece eterna, que se llena de muerte, de finales, de abandonos, de espacios vacíos, de una sensación de caer al vacío una y otra vez, de tocar fondo y salir para que toda esa tierra que tanto trabajo me costo sacar, se vuelva a caer encima ¿Para que? Es todo el tiempo un esfuerzo sobrehumano, y casi divino, de encontrar mi centro y de salir de esos tantos lugares en los que no quiero volver más, infierno y profundidades, para que una vez que lo logro todo vuelva a suceder.
Es circular, enfermante, infernal. Como un castigo o una tortura que se repite y se repite haga lo que haga. Que cambia de persona, de situación, de estrategia, que tiene diferentes nombres, formas y espacios, pero que siempre me deja parada en este lugar de mierda, haga lo que haga.

Hoy quiero encontrar la tecla de “reinicio” pero puta madre, no venimos con eso.
Que crueldad la tuya Dios, no darnos esa chance…

N.P.S

09-10-2013

2 comentarios:

Maximiliano Galin dijo...

se puede reiniciar, menos drásticamente, probá mañana cuando te levantes, seguro se reinició distinto, o pasado...

brida dijo...

Se reinicio distinto, pero no tantooo!! Necesito que el jodo me de un acto de psicomagia adaptado a mi. Faa, poca cosa!