20 de julio de 2009

Amigarte

A mis amigos…

Gracias a los que militan por la vida, a los guerreros de la luz, a aquellos que no creen que otro mundo es posible, sino que lo saben con una certeza extraordinaria y trabajan a diario por ello.
Gracias a los que pintan mi mundo de colores, cuando todos se han extinguido y solo sobre negro en la paleta del Alma. Y gracias también a los que intensifican esa oscuridad, porque el desafió entonces es más grande y es ahí donde mi fortaleza pide revancha y apuesta. Ustedes también, me ayudan a crecer.
Gracias a los que me abrigan el Alma, cuando adentro llueve y hace frio.
Gracias a los que se quedan tomando mates lavados, porque comprenden que lo que importa es compartir y fluir juntos en este paréntesis de eternidad.
Gracias por los silencios que ensordecen, por los espacios abiertos, por la sinceridad humana.
Gracias a los que me comprenden sin juzgarme y sobre todo gracias, a aquellos que lo intentan. Gracias por escucharme, sin oírme, gracias por mirarme, sin verme.
¡Gracias por tener la paciencia de seguir mi ciclotimia, mi bipolaridad y mis manías! Y no enloquecer en el intento.
Gracias de verdad, a todos los que en cambio de prejuzgarme, prefieren escucharme primero, lo cual tiene para mí un valor incalculable.
Gracias a los que tienen valores morales y éticos inquebrantables, a los que no les tiembla el pulso, a los que dan la cara y son responsables, porque se hacen cargo de ellos mismos.
Gracias a los que aceptan mi perdón y también a los que piden perdón. Eso habla de su nobleza humana.
Gracias a los incondicionales, los que no tienen horarios, ni peros y un corazón grande como el Universo.
Y también, gracias a los condicionales, gracias a ustedes soy cada día más fuerte y aprendo lo que es el desapego y el karma de la dependencia. A veces ustedes, son tan necesarios, como los otros.
Gracias a los que abren puertas, manos y Almas. Y también, gracias a los que me dan la espalda, cierran los puños y esquivan la mirada. Gracias a eso, mi soledad es luminosa y el desafío del desapego, más real.
Gracias a los que me brindan abrazos profundos y contenedores, miradas firmes y manos compañeras.
En estos últimos tiempos las enseñanzas de la vida me han llevado a poner a prueba tanto la lealtad de mis prójimos, como la propia. Hemos fallado y nos hemos levantado. Nos hemos alejado y nos hemos vuelto a unir, más de una vez. Eso es la vida, bienvenidas y despedidas en un espiral eterno de luz y oscuridad. Pero acá estoy, acá estamos, experimentando como seres espirituales esta aventura humana que es la vida y que vale la pena vivir, solos y acompañados, con amigos y con compañeros, con uno mismo y con el mundo, todo.
Gracias a los facultativos, a los de primaria, secundaria, a los compañeros de Arte, a los profesores, a los que herede, a los compañeros cósmicos, a toda esta cadena de seres humanos interligados que son mis buenos amigos.
Gracias a los viejos, a los nuevos, a los que duran vidas, años u horas.
Gracias a los de papel, a los de fierro y a los de cristal.
Gracias a los de canas y bastón, a los de chupete y olor a rosas, a los de mi generación e incluso, a los que vendrán.
Y sobre todo GRACIAS a aquellos que me conocen en profundidad y a pesar de eso, caminan a mi lado hace años, entre tormentas, soles y acantilados. Pequeñas gotas, hacen un Mar.
GRACIAS por aceptar todo lo que soy, mi integra existencia como ser humano, con mis virtudes, complejidades y limitaciones.

Y por ultimo, gracias a vos eterna compañera de locura, que aun me sigues enseñando y acompañando en cada nuevo paso de esta existencia. Gracias por ser mi siamesa, por conocerme mejor que nadie, por tu legado, por tu sonrisa eterna, por el brillo de tus ojos y ahora, de tu bellisima Alma.
Gracias por haberme amado de esa forma incondicional y sin razones, con la que solo dos locas como nosotras pueden amarse. Por la amistad que trasciende vidas, por lo que perpetua en el tiempo, por nuestra eternidad.
Por la vulgar frase “Juntas por siempre” que ahora toma otro sentido, cuando realmente sentís que ni siquiera la transición que implica la muerte, puede separar lo indivisible.
¡Que vuele alto este abrazo cósmico para vos amiga mía, Alma nuestra!

Brindo por la conexión ineludible e insivible que une Almas y crea puentes. Brindo por la amistad, por el compañerismo, por la aceptación, por los mates lavados, las bolsas de caramelos y las miradas compañeras.
¡Salud amigos! ¡Salud compañeros!

N.P.S

20 de julio de 2009

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