16 de marzo de 2014

Lo que fluye no muere

Ciclos de amor y muerte, eso resume la existencia.
Toda la vida, orgánica e inorgánica, mantiene este ritmo.
Se equilibra por instinto o por naturaleza; yo diría que eso es sabiduría, la verdadera sabiduría.
Todo es parte de un plan tan perfecto, que cuando logramos acallar la mente pequeña y captar la esencia de la vida, el asombro y la emoción son tan profundos que resultan intransmisibles.
Es una experiencia vivencial.  
Todo fluye incesantemente como el rio, que nunca es el mismo y se adapta, pese a los obstáculos del camino, sigue su curso sin límite.  Eso también esta inscripto en su naturaleza.
Es el agua, receptiva, madre, que dócil y sabia de adapta al recipiente que la contiene.
Nosotros también somos agua, polvo estelar, materia.
Todo vibra, todo se mueve, fluye y renace, ciclos de amor y muerte.
Nuestras células, nuestras neuronas, nuestra energía, todo el tiempo mueren y nacen, nunca somos los mismos, no por ignorar dejan de suceder las cosas.
Y así la vida puja, siempre puja por nacer con una fuerza que me conmueve.
Mujer, la vida, gestadora de Almas, Madre, puja como una loba con una única certeza; dar vida
es decir, dar a luz ¡Que expresión tan apropiada!
Las flores…las flores nacen aun en medio del barro o de la sequía, brotan, crecen, buscan desesperadamente al sol, aman la vida.
Los animales, las personas, la humanidad…la pulsión de vida es arrasadora, inagotable, infinita en todas sus formas.
La vida es amor, el amor es la vida.
Cada vez que una nueva alma llega al mundo, reencarna, elije volver a transitar la experiencia de la materia, tengo entonces la sensación de que la vida sigue confiando.
¡No duda!
Cuando veo a un recién nacido en ese estado sutil y etéreo con un pie en cada mundo, comprendo que el ciclo es inagotable y que el Dios amor, confía en nosotros. En que este bendito planeta es nuestra Madre Tierra, en que hay lugar para evolucionar y revolucionar, ciclo tras ciclo. 
Ese pequeño portal de Almas, el umbral de la vida y la muerte, es tan sutil y a la vez tan poderoso.
Tan poderoso.
He estado parada allí, más de una vez. Vi la muerte y di la vida.
Es impresionante, en ese momento de lucidez uno comprende todo, después se olvida.
Solo hay que recordar, ese es el secreto, recordar.
Y esa es la certeza; la fuerza del amor, el poder más grande de este universo.
Amar o morir, el amor es el alma de todo.
Últimamente lo siento como una energía eléctrica que me recorre el cuerpo y fluye por mis manos, por mis ojos, en el encuentro con otros…desde el ser, desde el arte, desde la conexión interna que me une con el todo.
Es como si todo me hablase de lo mismo, desde un lenguaje que no tiene palabras, que es todo energía y sonrío cómplice, delirante, tomando de la mano a la vida para ir a jugar.
Apego a la vida, esa es mi fuerza.
Es una fuerza centrípeta, que por momentos me marea y me arroja alto, muy alto.
Me aleja de la muerte o de la idea de llegar a desaparecer, de dejar de fluir.
Ese concepto que la mente no logra captar en su totalidad, ni inscribir en ninguna parte
porque escapa a toda posible forma de racionalización humana.
Entonces, siento desaparecer de esta realidad, me vuelvo invisible en este plano
y soy real en otros, lo sé, no es un delirio mío lo he comprobado.
Me habitan energías que no puedo extender en palabras.
Roto yo en mi propio eje, gira el mundo y gira mi mundo dentro de esos otros mundos.
A veces hay tantos mundos como realidades uno puede imaginar.
Me mareo, pierdo la conciencia de quien soy y dejo de ser alguien, para ser nadie.
Es tan magnifico ese momento en que no estamos en ninguna parte pero aún conservamos la lucidez del presente, estamos conscientes, conectados a la fuente.
Ahí, hay un instante ahí, donde paso a ser todos.
La experiencia de la unidad solo se asemeja a la experiencia del orgasmo. No se me ocurre otra forma de describir la sensación.
Dudo si estoy despierta o dormida
¿Despierta o dormida donde o para quién?
Abandonos los sentidos, se acalla la mente, no sé en cuantos mundos paralelos existo a la vez
pero sé que existo, en cada uno de esos mundos y realidades.
La vida me atraviesa como un rayo de luz que me fusiona
a todo lo que vive, vibra y fluye.
Ciclos de amor y muerte, eso resume la existencia.

N.P.S

16-03-2014


1 comentario:

Anónimo dijo...

A algo asì me llevò El Maravilloso Universo de La Magia...
un beso
Neli