11 de diciembre de 2010

ASI se siente uno horas antes de recibirse

No se como explicar como me siento ¿Se explican estas cosas?

Son sensaciones tan intangibles, tan raras y tal vez ajenas o poco comunes.

Es el cierre de una gran etapa, de una carrera que elegí estudiar hace más de ocho años y que mañana, termina. Todo lo que concluye, me produce cierto rechazo, siempre me costo “soltar”; tal vez sea demasiado amiga de la nostalgia. Ah pero eso si, abrir nuevas puertas me encanta así que por ese lado equilibro un poco la cuestión.

El punto es esa línea que se traza, como dividiendo aguas, como separando lo que tal vez no es más que la continuación de algo, de eslabones, de causas y efectos, de siembras y cosechas.

Muchos momentos, etapas, personas, modelos, edades y tantas imágenes me habitan como un flashback continuo; es en parte como morir y nacer en otro espacio.

Dejar de ser “estudiante” y pasar a ser “licenciada” (como si eso significara algo realmente) pero lo es en el plano de lo simbólico, por supuesto.

Tengo esa sensación ambigua, como de extrañeza o de caer, de tomar conciencia del presente: “Che que loco, ya me recibo como pasan los años”. Y todo el mundo repite lo mismo “¡No lo puedo creer, ya sos psicóloga!” o como dice mi abuelita “Vas a ser la mejor dotora”.

Y pienso cuando era una adolescente y me debatía entre filosofía, medicina y esto que soy, o estoy por ser, o sere…es igual: Licenciada en Psicología.

Al final es solo un titulo donde cabe, jurídica y socialmente, lo que siempre fue mi vocación desde que abrí los ojos en este Planeta: la vocación de servicio, de ayudar, de ser útil a los demás, de aportar algo a este Universo. Claro que para eso no hace falta ser licenciada en nada, sino otras cuestiones más innatas y esenciales que no vienen al caso “enumerar”.

Entre todo lo que pienso, y reprimo, y forcluyo, y sublimo, y proyecto y tal vez hasta niegue, pienso un poco en mi, como observando la situación desde afuera. Pienso otro poco en los Otros, con y sin mayúscula. Y siento uff, tantas cosas…como decía al principio no se puede explicar esta desmezcla de pulsiones, este pasaje al acto tan inminente, esta sensación de falta de borde absoluta, este GRAN todo que soy y se exacerba en una situación tan…¿Especial? ¿Única? ¿Diferente? ¡Lo que sea!

Estoy acompañada por diversas fuerzas, me dice ella. Si, lo estoy y las siento.

Y la cachetada de frente, tampoco se hace esperar. Angie no esta y esta en todas partes. Mi compañera eterna de locura, con la que inventábamos mundos hasta la madrugada, con la que creíamos transformar la realidad de la salud mental, con la que pisamos el Borda por primera vez con cara de niñas inexpertas y pasos cortos…ella, mi otra mitad.

Con la que compartíamos la esencia y la misión desde el primer día.

La escucho, desde donde sea que este, festejar este logro. Y para mi, todo este acontecimiento tiene mucho que ver con ella, con su apoyo, con su consejo, con nuestros sueños en común, por la confianza y admiración que siempre ambas supimos cultivas y cuidar como un tesoro inquebrantable. Este egreso tiene mucho que ver con ella, conmigo, con las etapas y ciclos de muertes y renacimientos. Ahora más que antes.

Voy a terminar acá de explayar mi interior e intentar banalmente poner en palabras eso indecible, eso real que no tiene casi inscripción. Intentare entregarme a Morfeo, deseando que el inconciente esta noche no vuelva a jugarme una mala pasada y procurando no despertarme en dos horas repitiendo algún viejo concepto ya estudiado hasta el hartazgo.

Visto de cerca NADIE es normal.

O tal vez, vista de cerca NADIA es normal.

¿Será?

N.P.S

03/12/10

01:24 am.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre que quiero saber que se siente recibirse termino acá, lo vengo leyendo hace un par se años, y sin darme cuenta.