22 de febrero de 2011

La vuelta dentro de uno mismo en ochenta vidas

Julio Verne hizo famosa la novela “La vuelta al mundo en ochenta días”. Ese titulo apareció instantáneamente en mi mente cuando me encontré con una vieja vuelta al mundo, que parecía abandonada, en plena ciudad de Córdoba capital.

Intuí un mensaje allí, sus carros oxidados estaban susurrándome algo.

Pensé entonces, cuantos días eran necesarios para dar la vuelta completa dentro de uno mismo. Tal vez ochenta vidas sean pocas, míseras, insignificantes en el océano infinito que nos acuna en su vaivén.

Que aventura apasionante, y que gran desafió, son los viajes internos. Más aun cuando están impulsados por viajes externos. Todo se entrelaza, se asocia, se teje con un hilo invisible que a veces nos da pavura visualizar con ojos humanos.

Que corto, pero sinuoso, es el camino de la mente al corazón.

Sin duda no es para cualquiera; pero todos podemos aventurarnos con valentía.

Que inmenso y noble, es el del corazón al Alma.

Hay que remar contra las corrientes más fuertes, las impuestas por el mundo externo y esas montañas gigantes que nosotros mismos levantamos, como defensa ante lo desconocido.

Que alas inmensas logramos emplumar cuando aceptamos lo que la vida nos va depositando en el camino, cuando dejamos fluir desde el pulso, cuando nuestra intención es noble como la de un niño.

Que liviano se eleva uno cuando deja ir con amor y sin rencor, cuando ayuda sin intereses, cuando ama sin amarras.

Cuando descubre el sabio y complejo; desapego.

Y ahí esta la muerte, maravillosa Maestra, para demostrarnos que todo desaparecerá y que es necesario que así sea para que los ciclos sean dinámicos y eternos, como lo son.

Para hacernos entender que la esencia permanece, la energía se transforma y que todos nos volvemos a encontrar en otros envases, en la rueda de la vida.

Insiste. ¿Cuanto tardara la vuelta al mundo interno?

Serán años, vidas, roles, sexos, religiones, razas, etapas, muertes y nacimientos.

¡Pero vale la pena experimentar como seres espirituales esta experiencia en envases humanos!

Aunque nos pese el cuerpo y se nos oxide, aunque el mundo sea remediablemente injusto, aunque se nos desarme el corazón de dolor, aunque todo perezca...la vida es un regalo, un milagro que merece ser vivido desde el Alma.

Cuanto más amor seas y sientas, menos vueltas habrá.

La rueda frenara en ese punto perfecto donde todos nos u

nimos en comunión a la luz infinita de la que estamos hechos.

Amar incondicionalmente y entregarse al destino; confiar en la bendición de poder respirar cada mañana en este sorprenderte planeta Tierra.

Agradecer.

N.P.S

Febrero 2011

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