23 de abril de 2009

Extrañote

La extrañas…no? – Pregunto él.
Suspire y mire para adentro.
Exhale desde mi Alma el perfume de las rosas y pensé: mj, si la extraño...afirmando con un leve movimiento.
La extraño cuando me voy a acostar y sobre todo cuando me levanto y no entiendo mucho nada.
La extraño cuando canto en mi cuarto “Luna de Cristal” y mi voz se pierde sin eco.
La extraño cuando veo Patch Adams y lloro sola, sin Mandarina a mi lado.
La extraño en los detalles de la magia cotidiana, a cada instante, en cada paso.
La extraño cuando me caigo y no están sus palabras multicolores y su Alma esperanzada para levantarme.
La extraño cuando veo mis tímidas antorchas solas y me doy cuenta que le faltan sus dos tímidas compañeras de fuego.
La extraño cuando miro los corales de la lealtad que nos regalamos hace tanto tiempo y comprendo todo.
La extraño cuando tengo miedo y me acuerdo de los suyos.
La extraño cada vez que suena el teléfono y me doy cuenta que no es ella.
La extraño cuando como papas fritas con mayonesa y me sobra un poco.
La extraño cuando tomo mate y nadie me insiste en que haga más.
La extraño cuando veo algo fucsia y lila y nos encuentro a las dos fusionadas.
La extraño cada segundo que existo y necesito contarle todo.
La extraño cuando me conecto y no titila su ventana con caritas felices, nick profundos y letra fucsia.
La extraño cuando escucho la canción de Faivel “somos un dúo, que dúo” y siento que la mitad de mi Alma se fue y que no habrá más dúo posible para mí.
La extraño cada noche cuando estoy conmigo misma y un millón de ideas y sensaciones recorren mi ser.
La extraño cuando pienso en mi futuro, en nuestros proyectos de irnos a vivir juntas, de cambiar el mundo, de salvar a los locos, de cantarle a la vida. La extraño en la esencia de la misión que compartíamos.
La extraño cuando las mariposas vuelan, cuando veo el arcoiris y cuando sonrió.
La extraño cuando me acuesto y miro a la cama de abajo y no esta. Esa cama que era “su cama”, donde pasamos infinitas noches de confesiones, de risas, de recuerdos.
La extraño cuando veo Amelie y la encuentro en todas partes.
La extraño cuando sueño demasiado y me siento sola.
La extraño apenas piso Maipú.
La extraño porque ya nadie me grita “bruja bruja eres bruja” y me siento una bruja solitaria.
La extraño en la simpleza de sus palabras, en la sabiduría de sus consejos.
La extraño en su ternura, en su infinita bondad y en la compasión que sentía por cada ser.
La extraño las tardes de sol, cuando escucho “men”, cuando pienso en la vida, en toda mi vida, en nuestra vida. En todo lo que juntas construimos antes, ahora y después.
La extraño cuando comprendo que nadie empatiza tan profundamente conmigo, cuando pienso que la sangre no me dio hermanos, pero la Magia, si.
La extraño cuando pienso en Frodo y Sam y me doy cuenta que todo tenia un gran sentido.
La extraño cuando necesito un abrazo lleno de endorfinas y Mandarina no llega con su voz de cotonete.
La extraño cuando me pongo a organizar mi fiesta de cumpleaños y no tengo sus ideas, sus colores, sus saltos y su persistente alegría ayudándome en cada detalle.
La extraño cuando pienso en todo eso que pensábamos juntas, en las largas horas de análisis jugando a ser psicólogas.
La extraño cuando necesito que alguien me conozca lo suficiente para no tener que hablar.
La extraño cuando pongo el cd de “La manzana cromática” y me cebo sola, y apago el cd.
La extraño cuando miro mucho la luna y pienso que esta ahí sentadita.
La extraño cuando escucho reggaeton y la veo bailando con su vestido violeta y los puños cerrados.
La extraño cuando quiero salvar el mundo, porque ella siempre compartió esa causa.
La extraño cuando lloro, porque era la primera en abrazarme aunque este lejos.
La extraño cuando tomo melón con speed y nadie dice “Es Dios hecho melón”.
La extraño cuando leo a Benedetti y aplaudo a Peña.
La extraño cuando recibo la cuenta del teléfono y veo que es tan baja.
La extraño cada vez que veo un hada, un duende, una nariz.
La extraño cuando como almohadoncitos de avena y cuando hace frío.
La extraño cuando me cebo por algo y quiero contarle mil cosas porque mi felicidad siempre fue la de ella.
La extraño cuando veo a Huguito, a los colifatos y a ese jardín del Borda que pisamos juntas siendo aun, dos niñas inexpertas. Nadie mas que ella podía entenderlo.
La extraño cuando veo en Manuel sus ojos, su energía, su alegría.
La extraño cuando veo en Caetano la paz y la inmensa pequeñez, que ambos compartían.
La extraño cuando me refugio en mi mundo, en ese mundo que ella siempre comprendió tanto. Y habito.
La extraño cuando estoy triste y no tengo sus grandes pestañas enfrente conteniéndome en silencio.
La extraño cuando veo un 60 por Cabildo y me acuerdo de cada noche compartida.
La extraño cuando camino por Belgrano y un flashback de recuerdos y momentos me aturde desde adentro y me deja sin aliento.
La extraño cuando Coluchi sale a escena y me desarmo de ternura sola, porque nadie lo conoce.
La extraño cuando paso por Burger y me acuerdo que a veces decidíamos comer comida chatarra.
La extraño infinitamente cuando Linda sale al escenario y no tengo quien grite conmigo.
La extraño cuando me acuerdo de algunas cosas que solamente ella y yo sabíamos.
La extraño cuando paso por la plaza de Juramento y nos veo sentaditas en el pasto mirando el cielo.
La extraño cuando pienso que fue mi compañera eterna de locura, mi confidente, mi amiga, mi hermana, mi siamesa, mi Maestra, mi par o como me dijo alguna vez: un alma en dos cuerpos.
La extraño cuando día a día me levanto e intento seguir de pie, honrándola en vida y llevando a la acción todo lo que ella me enseño.
Por que si estoy entera, es por vos.
Por que fui una de tus alumnas más directas, amiga y tus enseñanzas son el mejor regalo que pudiste haberme dejado, un legado inigualable que me llena de energía para poder seguir acá abajo.
Es un tesoro, un mapa hacia el nunca jamás, un mensaje divino.
Nunca me alcanzaría la vida para agradecerte tanto. No hay en esta tierra otro ser como vos, no existe en ninguna vida otra siamesa que no seas vos, siempre fuiste, sos y serás “todo eso” aunque cambie el envase.
Espero que te hayas ido sabiendo lo que significaste y significas para mí. Me trae mucha paz saber que diariamente te decía cuanto te amaba y saber que siempre pudimos expresarnos desde adentro y sin velos.
¡Y a lo mejor mi globo ya llego a tu hogar! Yo creo que si.
A ese lugar al que todos iremos y volveremos a trazar el plan para bajar una vez más y seguir aprendiendo, o compartiendo, juntas.
Porque siempre me dijiste que nunca iba a estar sola y que vos me ibas a acompañar en la primera fila de combate, abriendo trincheras para protegernos, mi guerrillera.
Y hoy desde acá abajo, día a día, sigo viviendo por mi, por vos y porque la vida vale la pena.


“…siempre voy a estar orgullosa y feliz de tenerte conmigo porque sos un tesoro de persona al que vale la pena tener cerca, porque gentecita como vos, tan hermosa y necesaria, se encuentra una vez en la vida, y no Nadi, no voy a perderte. Te amo con locura”

*Angita*


Te extraño hasta cuando respiro, men.


N.P.S
09-02-09

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